Las enfermedades cardiovasculares (ECV) son la principal causa de muerte en todo el mundo, sostiene la Organización Mundial de la Salud (OMS) . Estas afecciones tienen como víctimas predilectas a los diabéticos, quienes deben extremar cuidados para eludirlos; no por nada, la Asociación Americana del Corazón (AHA) estima que, en el 65% de los casos de diabetes, el deceso se debió a algún tipo de ECV.

Pero si la diabetes per se es uno de los principales factores de riesgo cardiovascular (junto con la obesidad , hipertensión arterial y herencia , entre otros agentes, de acuerdo con el Texas Heart Institute), el peligro ya latente se duplica cuando se trata de un paciente que se rehúsa a dejar el cigarro. De este modo, la persona asegura prácticamente su fallecimiento.

“Como se lo digo a mis pacientes, ser fumador y ser diabético equivale a ser dos veces diabético. Es decir, el tabaquismo impone el mismo riesgo cardiovascular que la diabetes mellitus”, asegura el doctor Enrique Morales Villegas , fundador y director del Centro de Investigación Cardiometabólica de Aguascalientes .

Actúa cuanto antes

El especialista en prevención cardiovascular detalla que, al abandonar este mal hábito, no se percibirán los beneficios de inmediato. Entre más prolongada haya sido la adicción, más tardará nuestro organismo en repararse por el tabaco.

“Tienes que esperar un promedio de entre tres a cinco años para decir que ese impacto ya no tuvo una manifestación y no va a progresar”, explica el especialista.

Para atacar este factor de riesgo, particularmente en diabéticos, la terapia de reemplazo de nicotina es una buena alternativa para lidiar con los síntomas de abstinencia y la urgencia por fumar. Ésta implica que el paciente reciba dosis controladas y decrecientes de nicotina mediante una vía distinta al cigarro, de tal manera que la dependencia se debilita de manera poco agresiva.

Cigarro y diabetes, combinación letal
Cigarro y diabetes, combinación letal

Relación íntima

Incluso antes de que una persona sea diagnosticada con diabetes, el simple hecho de tener contacto con el tabaco ya lo pone en la órbita de esta enfermedad. Al respecto, el Ministerio de Salud de Argentina, como parte de su Programa Nacional de control de tabaco, alerta que el efecto tóxico desprendido por los componentes del humo repercuten en el páncreas, “órgano donde se encuentran las células beta, que producen insulina.

“El consumo de tabaco predispone a la aparición de intolerancia a la glucosa en fumadores, exfumadores y fumadores pasivos. La intolerancia a la glucosa se denomina 'prediabetes', pues de no ser controlada puede convertirse en diabetes”, alerta la entidad argentina.

Recalca que “el riesgo de desarrollar diabetes tipo 2 en fumadores permanece a pesar de dejar de fumar. En exfumadores, el riesgo disminuye con el tiempo”.

nrv

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