Una buena lluvia puede tener un efecto limpiador en la tierra, pero bajo las condiciones adecuadas, la lluvia también puede ser un medio para propagar bacterias, según un estudio publicado en Nature Communications .

Utilizando imágenes de alta resolución, investigadores del Instituto de Tecnología de Massachussetts (MIT) observaron el efecto de las gotas de lluvia que caían sobre el suelo seco cargado de bacterias. Cuando caen a velocidades que imitan a las de una lluvia ligera, a temperaturas similares a las de las regiones tropicales, las gotas liberan un rocío de niebla , o aerosoles, con cada aerosol transportando hasta varios miles de bacterias del suelo.

Estos aerosoles se producen a medida que una gotita cae en contacto con el suelo, atrapa pequeñas burbujas de aire a la superficie del suelo, que se elevan y estallan a través de la gotita, creando un spray de muchas pequeñas gotitas de agua o aerosoles. Ese mecanismo explica los orígenes de "petricor", el característico olor a "tierra mojada" que a menudo sigue a una tormenta de lluvia y tanto le gusta a la gente.

Una de las bacterias que más propaga la lluvia es la Burkholderia pseudomallei , una bacteria que vive en el suelo, que se sabe que causa infecciones pulmonares en humanos conocidas como meliodosis.

"Han notado un aumento cualitativo en el número de infecciones de esta enfermedad después de la lluvia, y se había especulado con que esta bacteria en el suelo en particular se dispersa en el aire después de la lluvia", explica Cullen R. Buie, uno de los autores del estudio.

Los investigadores también estimaron que el número total de bacterias dispersadas por las gotas de lluvia puede oscilar entre 10 mil billones y 800 mil billones de células por año. Como resultado, la precipitación global puede contribuir a liberar del 1.6 al 25% de la cantidad total de bacterias de la tierra.

***Con información de Europa press

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