“Tengo aquí una bolita”, con estas palabras fue que Sandra, atendida por su ginecólogo de toda la vida, empezó con el primer síntoma de cáncer de mama . El doctor le mandó a hacer unos estudios, y posteriormente decidió operarla sin hacer un estudio de biopsia, al saber que la masa había crecido, asumiendo que era un adenoma, un tumor no cancerígeno. Pero no lo era. Después de la operación, el médico le indicó a Sandra y a su mamá que la turnaría al cancerólogo, ” quedamos en shock”, comentó Sandra.

Desde ese primer momento en el que Sandra fue oficialmente diagnosticada con cáncer, su madre Sofía estuvo a su lado apoyándola en cada momento. En estas circunstancias, llegaron a la clínica de la Fundación del Cáncer de Mama (FUCAM) para comenzar el tratamiento. En cada cita con el doctor y visita a la clínica, Sandra contó con la presencia de su madre en la sala de espera. “Son tratamientos que cada persona asimila diferente, y a veces yo tenía que estar entre 8 y 10 días guardada en casa, durmiendo. Era la manera en que mi cuerpo se recuperaba”.

De acuerdo a los datos más recientes del INEGI, en México cada año se presentan 13 mil 600 nuevos casos de cáncer de mama , de los cuales 62% sobrevive. Sofía, la madre de Sandra, explicó que “cuando te dicen que tienes cáncer, piensas que es igual a muerte y no es cierto, si te revisas y te diagnosticas a tiempo, tienes esperanza de vida”.

De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud , los principales cuidadores de los pacientes de cáncer son familiares o amigos cercanos, y así fue conSandra, ya que su mamá tomó el papel de su cuidadora, buscando el bienestar de su paciente a un nivel más alto que el mismo personal médico.

Sin embargo, Sandra nunca imaginó que en poco tiempo su mamá también se convertiría en paciente. Sofía cuenta que un día sintió un bulto extraño en el pecho, y aprovechando la visita de tratamiento de su hija en FUCAM, decidió revisarse tan pronto como notó algo diferente.

Así supo que también era una paciente de cáncer de mama ; esto gracias a una mastografía de pesquisa, una radiografía del pecho que permite conocer si existen lesiones o masas no palpables, y es la medida más efectiva para reducir la mortalidad por este mal, ya que brinda un diagnóstico oportuno.

Para Sandra, escuchar el diagnóstico de su madre fue mucho más impactante que saber del suyo: “No lo podíamos creer”.

Afortunadamente para ambas, tanto madre e hija pudieron ser diagnosticadas a tiempo y así ser atendidas rapidamente. Breast Health Global Initiative afirmó que el desarrollo de centros de cáncer de mama es la manera más efectiva para brindar los cuidados necesarios a las mujeres que lo padecen, y ellas se convirtieron en ejemplo perfecto de ello.

Ahora ambas se apoyan y se brindan ánimo para continuar con su tratamiento, siendo una la cuidadora de la otra. Además, forman parte de la campaña Lazos que unen de 3m.

jpe

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