Científicos argentinos hallaron en la Antártida restos de un reptil carnívoro marino que existió hace 150 millones de años, lo que lleva el registro de vida de ese rincón del planeta unos 80 millones atrás de lo que se pensaba.

"Al caminar por el yacimiento se encuentra una gran diversidad de peces, amonites (moluscos ya extintos), algunos bivalvos, pero no esperábamos encontrar un plesiosaurio de tal antigüedad", dijo Soledad Cavalli, paleontóloga del CONICET (Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas de Argentina) y especialista del Jurásico (entre 200 y 145 millones de años).

Según publica este jueves la Agencia de Ciencia, Tecnología y Sociedad de la Universidad de La Matanza, cerca de Buenos Aires, se trata de un hallazgo "sorprendente".

"El hallazgo es bastante extraordinario, porque el yacimiento no posee el tipo de rocas en las que se pueden encontrar materiales preservados en tres dimensiones, como es el caso de las vértebras de este reptil marino", explicó la investigadora.

Se trata de una zona explorada por primera vez por científicos argentinos en busca de fósiles.

"Fue la primera campaña paleontológica que realizamos en este afloramiento, que es como un mar congelado de 150 millones de años en un excelente estado de conservación", dijo el paleontólogo José O'Gorman, investigador del centro científico argentino CONICET.

Los científicos no proporcionaron datos sobre las dimensiones del ejemplar de una especie que podía alcanzar unos 12 metros, tenía un cuello largo y adaptado para la caza marina, y poseía cuatro aletas.

El yacimiento es una zona de cuatro kilómetros de largo por dos de ancho, y para acceder a él es necesario dos horas de vuelo en helicóptero desde la base argentina de Marambio.

"Es el lugar más alejado adonde hemos llegado con las campañas de paleontología de vertebrados en la Antártida" , relató Cavalli.

El 8 de enero partirá una nueva expedición.

"Iremos con instrumentos para obtener una cantidad todavía mayor de ejemplares", afirmó el doctor Marcelo Reguero, investigador y director de las campañas paleontológicas del Instituto Antártico Argentino.

En lugar era hace 150 millones de años un área con inmensa riqueza de peces.

"Es lógico pensar que el plesiosaurio que descubrimos se alimentara de ellos porque es un reptil marino grande y hallamos peces de tamaño mediano, algunos chicos y algunos bastante grandes también", explica Cavalli.

La buena conservación de los restos fósiles ayudará a establecer datos sobre este reptil y sobre el medio donde habitaba.

"Se conservaron así porque el fondo de aquel mar tenía muy poco oxígeno, por lo que no se desarrollaban organismos que pudieran desarticular esos ejemplares y tampoco se producían los fenómenos de putrefacción", explicó.

El estudio, que según sus autores fue aceptado para su publicación en la revista científica Comptes Rendus Palevol , también ayuda a explicar la dispersión de las especies hace 150 millones de años.

"Estos depósitos ricos y únicos en vertebrados del Jurásico marino pertenecen a la época en que la Antártida formaba parte del continente Gondwana y estaba junto a Australia, Nueva Zelanda, India, Madagascar, África y América del Sur", explicó Marcelo Reguero.

jpe

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