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La adquisición de Time Warner por parte de AT&T es la primera acción de este tipo que detiene la administración del presidente estadounidense, Donald Trump.

Ayer, el Departamento de Justicia de Estados Unidos inició un juicio civil contra la fusión argumentando que resultará en pocas ofertas innovadoras y altas tarifas para las familias estadounidenses.

En el documento de la Corte del Distrito de Columbia, se menciona que se inicia el juicio contra la transacción de 108 mil millones de dólares pues podría sustancialmente disminuir la competencia.

“Si se permite proceder, esta fusión perjudicará a los consumidores al disminuir sustancialmente la competencia entre distribuidores de videos tradicionales y alentar la competencia emergente”, señala el documento.

El gobierno estadounidense subraya que se pueden aumentar los precios a los suscriptores sin razón alguna porque las señales de Time Warner son de las más valiosas en el país, pues llegan a 91 millones de los 100 millones de hogares con servicio de televisión de paga en ese país.

“Debido a que los distribuidores de video pretenden cubrir los aumentos de costos de programación aumentando los precios que cobran a sus clientes, el aumento en precios que pagarían los distribuidores de video a Turner como resultado de esta fusión afectarían directamente a los bolsillos de los consumidores estadounidenses”, explica el Departamento de Justicia.

Responde AT&T. Radical e inexplicable es como AT&T calificó la decisión del Departamento de Justicia estadounidense contra la adquisición de Time Warner.

“Las fusiones verticales como esta se aprueban rutinariamente porque benefician a los consumidores sin eliminar a ningún competidor del mercado. No vemos ninguna razón legítima para que nuestra fusión sea tratada de manera diferente”, dijo David R. McAtee II, vicepresidente ejecutivo senior y asesor general de AT&T.

En un comunicado, McAtee II indicó que la fusión combina el contenido y el talento de Time Warner con las plataformas de distribución de banda ancha e inalámbrica de AT&T.

Detalló que, afortunadamente, el Departamento de Justicia no tiene la última palabra pues debe probar al Tribunal de Distrito de EU que la transacción viola la ley.

“Confiamos en que el tribunal rechazará las alegaciones del gobierno y permitirá la fusión bajo un precedente legal de larga data”.

En México, el Segundo Tribunal Colegiado de Circuito Especializado resolvió que la Comisión Federal de Competencia Económica y el Instituto Federal de Telecomunicaciones, tenían atribuciones para analizar y resolver sobre la concentración entre AT&T y Time Warner, pues involucraba activos de los sectores de telecomunicaciones y radiodifusión, así como productos que no guardan relación con estos servicios.

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