El presidente estadounidense, Donald Trump, firmó ayer la ambiciosa reforma fiscal que incluye notables recortes de impuestos para empresas y trabajadores, considerada el gran triunfo legislativo de su primer año de mandato.

En un acto en la Casa Blanca, el mandatario estadounidense selló la propuesta legislativa aprobada esta semana en el Congreso con el respaldo de la mayoría republicana en la Cámara y en el Senado.

Trump dijo sentirse “honrado” de la aprobación de esta reforma fiscal, que calificó de nuevo como "la mayor de la historia” de EU.

Uno de los principales aspectos de la norma es la reducción del impuesto que pagan las empresas, que pasa de 35% a 21%, y en menor medida para los trabajadores.

El mandatario explicó que ratificó la norma antes de partir de vacaciones para cumplir con su promesa de rubricarla antes de las Navidad.

El recorte de impuestos aprobado supone agregar 1.5 billones de dólares a la deuda pública, que actualmente supera los 20 billones de dólares, en los próximos 10 años, de acuerdo con datos de la Oficina Presupuestaria del Congreso (CBO), algo que el mandatario considera se equilibrará con el impulso generado en la economía.

Tras la firma de la reforma fiscal, Donald Trump aseguró que la reforma fiscal aprobada por el Congreso estadounidense es para “la clase media y los empleos”. “Es una ley para crear empleos (...) Las empresas se van a volver literalmente locas”.

La ley prevé la eliminación de la obligación introducida bajo el gobierno de Barack Obama de contar con un seguro médico.

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