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A un año de la liberalización de los precios de las gasolinas, iniciada en marzo de 2017, hay 2 mil 549 estaciones de servicio en el país que reciben el combustible de proveedores diferentes a Pemex, y parte de ese producto es importado, según la Comisión Reguladora de Energía (CRE).

Luis Fernando Herrera, director general de Regulación y Tarifas de la Unidad de Petrolíferos del organismo regulador, comentó que con el nuevo esquema de comercialización de combustibles, cada estación puede elegir quién es su proveedor.

Esto significa que actualmente dos de cada 10 gasolineras reciben combustibles distintos a los producidos por Petróleos Mexicanos (Pemex), tomando en cuenta que el universo de estaciones de servicio a marzo de este año totalizó en 11 mil 972.

Sin embargo, esto todavía no se ve reflejado en la comercialización de Pemex, puesto que el volumen de ventas que ha registrado en los dos primeros meses del año se mantiene por encima de 650 mil barriles diarios en promedio. La información de la CRE detalla que a partir de la liberalización se estima que 2 mil 549 estaciones de servicio, las cuales representan 21% del total, opera con 30 nuevas marcas o identidades comerciales, nacionales e internacionales.

Algunas de ellas optaron por traer desde sus propias refinerías los combustibles que venderán en el mercado nacional. En este caso se encuentra ExxonMobil, que el 6 de diciembre 2017 abrió su primera estación de servicio en Querétaro.

La petrolera anunció en ese momento que el combustible sería transportado vía ferrocarril desde Jefferson, Texas, hasta la nueva terminal de almacenaje en San José Iturbide, Guanajuato, para ser distribuida a sus estaciones de servicio y a clientes interesados en comprarlo.

Combured es una las marcas de gasolineras que le compra combustibles automotores a ExxonMobil para comercializarlo en sus estaciones de servicio en San Luis Potosí.

Arco, a través de la cadena estadounidense Andeavor, es otra de las petroleras que decidieron operar con gasolina propia para su venta al público en el norte del país, a partir de octubre del año pasado, según el secretario de Energía, Pedro Joaquín Coldwell.

La importación se realiza a través de las fronteras de Reynosa y Nogales, en una ruta que cubre un tramo por autotanque a través de Tijuana y recientemente por buque, a través de Rosarito. La primera en realizar importaciones para cubrir demanda nacional fue Tesoro Corporation, que ganó la primera fase de la temporada abierta de Pemex Logística, en la que reservó capacidad en infraestructura de almacenamiento y transporte de la empresa del Estado.

Detalló que la capacidad de almacenamiento contratada por la empresa en ductos de Pemex asciende a 320 mil barriles y la capacidad de transporte por ducto arrendada es de 9 mil 500 barriles diarios. Otras empresas que están operando en México, pero iniciaron comercialización con gasolinas producidas por Pemex y que tienen en su plan de negocios para los próximos años traer su propia gasolinas son Shell, Chevron y Total.

El grupo gasolinero G500 empezó a llevar gasolina importada a Tlalnepantla, Estado de México. El combustible será de la gigante de materias primas Glencore; no obstante, la mayor importadora de combustibles sigue siendo Pemex, que realiza compras del orden de 628 mil barriles diarios, dato a febrero de 2018, equivalente a 80% de la demanda.

La disputa por el mercado de combustibles en México no sólo se está dando con la compra de gasolina importada, sino que la gran mayoría de las nuevas marcas saben que no será a través de descuentos de precios como pretenden atraer al cliente, sino a través de incentivos, regalos y premios.

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