En días recientes celebramos la tercera edición del IPADE Auto Summit “Repensando el ecosistema”, un encuentro dirigido a la industria automotriz que tiene como objetivo reflexionar sobre los temas más relevantes del sector.

Dado que es un hecho que la industria se está moviendo hacia un futuro donde el automóvil será eléctrico, híper conectado, autónomo y donde habrá un mayor grado de movilidad compartida, la pregunta básica a responder era: ¿qué capacidades tiene México como industria para hacer frente a ese futuro y qué otras necesitamos desarrollar?

Para iniciar, tanto Maru Escobedo como Magdalena López, directoras generales de BMW y Renault para México, respectivamente, coincidieron en plantear que el gran desafío para las marcas está en la transformación hacia empresas de movilidad más que de productos. De igual manera, para ambas empresas, es importante avanzar de forma rápida tanto el desarrollo de infraestructura como de esquemas fiscales para adelantar la llegada del automóvil eléctrico, que es, sin duda, la gran apuesta de la industria para los siguientes años desde el punto de vista tecnológico.

Si lo anterior representa un reto para la industria de vehículos ligeros, podríamos ver circunstancias similares para el sector de vehículos pesados. Flavio Rivera, presidente y CEO de Daimler Trucks México, consideró que el transporte de carga eléctrico también es una realidad, aunque de momento hace mucho más sentido, por sus características, para aplicaciones cercanas o dentro de núcleos urbanos, donde las distancias de recorrido más cortas favorecen la tecnología actual.

Para la industria de manufactura de componentes automotrices la perspectiva no es muy distinta. José Manuel Arana, presidente y director general de Grupo Industrial Saltillo, y Manuel Montoya, director general del Clúster Automotriz de Nuevo León, hablaron de la necesidad de muchos de los proveedores locales de empezar a diversificar su portafolio de productos y migrar hacia el desarrollo y producción de nuevas tecnologías que forman parte ya del vehículo del futuro. Ambos coinciden en señalar que dicha transformación del sector de manufactura pasará también por adoptar las mejores prácticas de la llamada Industria 4.0.

Con respecto a este último tema, Bruno Juanes, socio de Deloitte, nos dio un marco formal para entender mejor los conceptos asociados a la Industria 4.0 y cómo esta puede jugar un papel fundamental en la transformación de la vocación industrial del país. Para Bruno, esto no se trata solamente de la aplicación de nuevas tecnologías como robótica o inteligencia artificial, sino de un gran paso para poder elevar la productividad y la capacidad de generación de valor en una organización.

Bajo la misma premisa, Sergio Bautista, director de la división de robótica de ABB, nos explicó cómo la robótica colaborativa puede revolucionar el futuro de las tecnologías de manufactura, no poniendo en riesgo los empleos actuales sino potenciándolos.

Finalmente, liderados por el profesor Marc Sachon del IESE, revisamos un caso de negocio real sobre Industria 4.0 y una empresa automotriz alemana que se planteaba si debía o no instalar sensores en sus moldes de producción. Si bien analizamos que esto representaba un costo para la empresa, el potencial que planteaba podía realmente cambiar no solamente sus procesos de manufactura sino el modelo de negocio entero.

Los cambios planteados durante este encuentro son una oportunidad no sólo para repensar el ecosistema de la industria automotriz, sino para actuar con prontitud.

*Profesor del área de Dirección de Operaciones de IPADE Business School

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