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Una agencia anticorrupción que tenga una percepción de independencia y honestidad sin intereses públicos o privados, mayor transparencia y rendición de cuentas, es lo que se requiere para combatir malas prácticas, dice el director del departamento del Hemisferio Occidental del Fondo Monetario Internacional (FMI), Alejandro Werner.

En entrevista con EL UNIVERSAL, considera que lo anterior es indispensable para que la corrupción sea la excepción y no la regla.

“El tema de transparencia de generar órganos nuevos que no estén bajo la nube del cuestionamiento de la sociedad con respecto a su implacabilidad en la lucha contra la corrupción, ha sido tema que en algunos países hemos visto como elementos importantes”, destaca.

Se deben promover la transparencia fiscal, fortalecer procesos de compras gubernamentales con la participación de organizaciones no gubernamentales como observadores y la automatización de procesos públicos como fiscales y en aduanas así como cambios legislativos.

No deja de mencionar que la transparencia debe llegar a todos los trámites relacionados con el uso de suelo, los permisos y mejorar el registro público de la propiedad.

Advierte que si se quiere acelerar el desarrollo económico se debe trabajar en la dimensión de la corrupción para reducirla y combatirla.

Persistencia. Werner afirma que el combate a la corrupción debe ser un proceso constante que muestre un compromiso claro tanto de la autoridad como del sector privado. Se tiene que implementar se manera sistemática porque será un proceso que va a tardar, pero si se llevan a cabo acciones persistentes y se prioriza en las agenda puede haber avances en la próxima década.

En la medida en que veamos más comités anticorrupción y más órganos públicos y de la iniciativa privada, que estén conformados por individuos que están fuera de los procesos del ámbito de la corrupción, que estén encargados de la implementación de la agenda del gobierno y le den seguimiento será importante para atacar el problema.

Sin embargo, es indispensable que la sociedad reconozca la importancia de la transparencia y rendición de cuentas y avanzar en implementar esta misma agenda en materia presupuestal, de impuestos y compras de gobierno que permita que esta actividad salga a la luz, afirma el funcionario del organismo.

Experiencia de otros países. Alejandro Werner menciona que en los próximos días, el organismo publicará la segunda parte del blog que escribió junto con el subdirector gerente del FMI, David Lipton, sobre el balance de la corrupción en América Latina.

Se enfocarán más en las políticas que han dado resultados y la agenda pendiente sobre este tema. Describirán las estrategias implementadas en otros países para combatirla, tomando en cuenta elementos idiosincráticos de cada país porque no todas las medidas son las adecuadas para cada uno de los países.

Una de ellas es la creación de una agencia anticorrupción independiente así como políticas que se enfoquen a elevar la transparencia y rendición de cuentas, señala.

“Es importante, crear registros claros de todas las actividades del sector público y privado; limitar los conflictos de interés en la actividad pública, hacerlos más claros y legalmente más fuertes y promover más la transparencia fiscal y en las compras gubernamentales”, detalla.

Además es importante que haya un proceso de desregulación y simplificación legal y tributaria.

“En la medida en la que hay mayor complejidad regulatoria, mayor discreción de autoridades, hay mayor espacio para los actos de corrupción”, alerta.

Al referirse a lo que sucedió en Brasil, considera que convendría pensar en un mecanismo para limitar los efectos económicos de instrumentar una agenda anticorrupción muy agresiva, porque en el país sudamericano provocó problemas de liquidez muy importante dado que una fracción considerable del sector privado, estuvo sujeto a procesos de investigación y no tenía acceso al crédito, lo que generó un choque de liquidez.

De las críticas hechas sobre la corrupción como un fenómeno más bien de percepción, Werner admite que es muy difícil medir actos que no se ven porque ocurren en la obscuridad; es una actividad ilegal y por lo tanto, cualquier comparación internacional que se pueda realizar, al final del día descansa en los indicadores de percepción que están correlacionados con la intensidad de las malas prácticas y factores que generan espacios para la corrupción como un Estado de derecho débil.

Por eso insistió en la necesidad de llevar a cabo acciones de transparencia que convenza a los ciudadanos que están operando en un ámbito de menor descomposición.

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