El probable fin del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) sigue en la mesa. Las renegociaciones entre México, Estados Unidos y Canadá han llegado a una cuarta ronda, pero en esta última etapa se percibieron tensiones.

Ildefonso Guajardo aseguró que todos tienen límites; Robert Lighthizer se dijo decepcionado, y Chrystia Freeland declaró que no se puede acordar cuando alguien piensa “el que tiene que ganar soy yo”.

La extinción del TLCAN es una carta aún disponible pero, ¿qué afectaciones económicas tendrá el país ante el probable escenario? De entrada el Producto Interno Bruto podría caer hasta 0.6%, según estimaciones de especialistas.

La conferencia realizada de hace unos días en territorio estadounidense, a diferencia de las tres etapas anteriores, mostró un panorama más duro. Los negociadores dejaron ver que, aunque hay avances, los desacuerdos siguen siendo los más.

En reiteradas ocasiones, funcionarios mexicanos como el presidente Enrique Peña Nieto y el titular de Hacienda, José Antonio Meade, han externado su optimismo porque el país cuenta con opciones ante un fin del acuerdo, pero sin duda la extinción de un tratado con vigencia de 23 años significará afectaciones a la estabilidad económica.

De acuerdo con un análisis de CI Banco, ante las probabilidades de desaparición del TLCAN, México sufrirá un efecto negativo en sus finanzas, pero será menor al que se ha anticipado en escenarios fatalistas. Además, el proceso de extinción no será inmediato y tardará un año antes de llegar a la práctica.

La administración de Donald Trump, principal promotor de la terminación, encontrará también una dura resistencia en el Congreso y las cortes estadounidenses ante las muy probables demandas de organismos empresariales de ese país.

Los analistas de la casa de bolsa aseguran que de cumplirse la extinción del tratado de libre comercio, el país se verá obligado a aplicar procesos más productivos, políticas de industrialización además de una diversificación más efectiva. En distintas ocasiones a México se la ha invitado a voltear a otros mercados, reforzar los de América Latina, Asia y Europa, pero también a considerar seriamente a otros en ascenso, como África y Medio Oriente.

Según las previsiones del estudio realizado por economistas de CI Banco, las afectaciones en distintos sectores económicos mexicanos, una vez que se cumpla el escenario del fin del TLC entre México, EU y Canadá serán los siguientes:

Producto Interno Bruto. Un probable fin del TLCAN traerá consigo un efecto negativo en el crecimiento del PIB de 2018, el cual pasará de 2.4% al 2.1%, mientras que para los siguientes dos años el efecto podría rondar una afectación de menos 0.6%.

Tipo de cambio. Según los expertos de CI Banco, si se extingue el TLCAN la presión sobre la moneda mexicana se intensificará y la podría llevar hasta los 20 pesos por dólar al mayoreo.

Bolsa de Valores. Si la extinción ocurre, el Índice de Precios y Cotizaciones (IPC) podría sufrir una caída anual del 5.0% en el año siguiente al acontecimiento. Según se indica, las firmas más afectadas serán las vinculadas al sector automotriz, bienes y servicios en el exterior y aquellas cuyas deudas estén, en su mayoría, en dólares.

Aranceles. Dentro del sector industrial, los mayores aranceles que tendrían que pagar los exportadores mexicanos para ingresar al mercado estadounidense serían: suéteres y playeras con 32%, pantalones para hombres y niños con 27.9% y vehículos para el transporte de mercancías de hasta 20 toneladas del 25%.

En la división agropecuaria, sin el TLCAN, los que tendrían que pagar más serían: espárragos con 21.3%, melones, sandías y papayas con 17%, vegetales sin cocer congelados con 14.9%, fresas congeladas con 11.2% y la carne deshuesada con 10%. El sector automotriz, según el análisis, tendría la libertad de ajustar sus procesos para traer autopartes más baratas de Asia, por lo que el sector más afectado podría ser el de las autopartes.

En el área de los aranceles se concluye que aunque algunos productos aumenten su costo frente a otros competidores, una probable depreciación del peso mexicano podría compensar la pérdida de competitividad. Según los economistas, la afectación directa a las exportaciones mexicanas no se apreciará en el corto plazo, la caída anual sería de 8% de los productos enviados a territorio estadounidense en los primeros dos años después de un posible fin del tratado.

Inversión. El estudio indica que el TLCAN ha servido para generar certidumbre en los flujos de inversión extranjera directa en el país, ejemplo de ello es el sector automotriz, el cual ha mostrado un crecimiento que se basa en la construcción en 2011 de nueve plantas de ensamblaje en territorio mexicano y no sólo de compañías de EU, también de Alemania, Japón y Corea del Sur.

Ante un fin del acuerdo, el escenario de que las firmas extranjeras saquen del país sus inversiones suena lejano, ya que implicaría un proceso costoso y de tiempo considerable para reacomodo, por lo que se descarta esa opción. Sin embargo se agrega que en el anuncio de nuevas inversiones sí podría haber un cambio. Pese a ello, el análisis considera que México cuenta con elementos como: mano de obra de bajo costo y cada vez más calificada, una economía abierta y costos de construcción y tierra siguen bajos.

La previsión del análisis de CI Banco indica que la probable caída en los flujos anuales de inversión extranjera directa en el sector automotriz podría ser de 4 mil millones de dólares.

Otros sectores. Compras de gobierno: las empresas mexicanas se verán en desventaja de competir en igualdad de condiciones con firmas estadounidenses en licitaciones públicas en el gobierno de Donald Trump.

Medidas sanitarias. Ante el fin del TLCAN, el sector estaría sujeto a las reglas de la Organización Mundial de Comercio (OMC), lo que podría reflejarse en resoluciones de denuncias y controversias que se llevarían mucho más tiempo.

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