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Para evitar ser objeto de ataques como los de Donald Trump contra los medios de comunicación, hoy más que nunca los periodistas tienen que amarrarse al mástil de la verificación de los datos en un ambiente lleno de confusión y de ruido, afirma en entrevista con EL UNIVERSAL, Boris Muñoz, editor de la página web de The New York Times en Español.

“A mí Trump no me sorprende porque forma parte de una estirpe de líderes como el de Venezuela que ha entendido que la confrontación, que el ataque directo a los medios de comunicación da rendimientos, porque a partir de ello amplifican muchísimos mensajes y polarizan, que es uno de los objetivos últimos de estas actitudes de agresión constante contra los medios que muchas veces son falsas”, comenta el directivo de origen venezolano.

En su opinión, esta estrategia de ataque a los medios de comunicación no es exclusiva del mandatario estadounidense, sino que el periodismo está siendo blanco de un cuestionamiento muy consistente y es uno de los chivos expiatorios de los poderosos para encontrar justificación a todo tipo de actos que van desde el populismo hasta abusos tremendos de los derechos civiles de la población.

Es por ello, explica, que el valor de la verificación de la información, de la contextualización, debe ser un principio que guíe el quehacer del periodismo, no hay que conformarse con oír, incluso con fuentes confiables, de modo que hay que buscar la forma de respaldar esas informaciones y comprobarlas en su contexto para evitar ser objeto de ataques que seguramente van a venir no sólo de Trump sino de los poderes.

Muñoz detalla que los poderosos cuentan con sus propios medios, por ejemplo Trump, quien hace uso de Twiter a su manera y para su provecho. En este sentido, las redes sociales están poniendo en jaque a los medios masivos de comunicación pero no al periodismo.

“Yo creo que el periodismo debe reinventarse y entender el paradigma para seguir ofreciendo información de calidad, a partir de principios de lo que es la verdad, cómo se busca y cómo se comprueba.

“Es probable que ahora estamos un poco a la deriva, pero si tenemos en cuenta esas coordenadas vamos a estar mucho mejor”.

Hoy el trabajo periodístico rebasa la capacidad individual, pasa por la investigación a través de la data, de informaciones que no siempre son públicas, como es el caso Wikileaks y otras instituciones que buscan información en un mundo en que también los poderes han llegado tan lejos con la tecnología que pueden investigar las vidas individuales de una persona hasta sus hábitos más privados y usar esa información contra esa persona, advierte Muñoz.

Destaca que el periodismo está en una guerra mediática bastante amplia, generalizada, y en el cual los datos, no sólo como información, sino incluso como datos, de una manera más cruda, son importantes.

La capacidad de procesar también es otro reto del periodista para llegar a una imagen, a un concepto, a una historia, que está detrás de esa abstracción, ese guarismo, o de otras informaciones codificadas.

Muñoz afirma que The New York Times hace un esfuerzo por estar a la vanguardia de este proceso, porque hace un periodismo que se está cuestionando contantemente, tratando de interrogar su propio papel en esta sociedad, tratando de entender cuáles son las herramientas que necesita para realizar su trabajo de la mejor forma posible.

Experimento y lectores

Por ejemplo, The New York Times en español vía internet se creó hace poco más de año y medio como parte de un esfuerzo del grupo periodístico por hacer una ampliación global y gradual, en el cual estaba involucrado mucho esfuerzo de ensayo y error para ver qué es lo que funciona y que no, porque funciona y porque no, por lo que considera que todavía están en una fase experimental.

Pero aclara que es una fase experimental que ha dado resultados, han venido ganando lectores y creado un compromiso con la información que ofrecen, no sólo a través de la pantalla, sino a través de foros con la presencia de destacados especialistas como Paul Krugman, premio Nobel de Economía 2008.

“Queremos que el público mexicano, latinoamericano, de habla hispana, viva la experiencia del NYT, en el sentido de que nosotros no sólo ofrecemos información de calidad, sino también una perspectiva del mundo actual, una perspectiva de sus problemas, de sus hechos, de cuáles son los temas cruciales, de cómo quizá debemos verlos, un marco para entender el mundo”.

Muñoz destaca que hay cada vez más hay interés de los lectores estadounidenses por los sucesos en Hispanoamérica.

Por ejemplo, en el departamento de opinión, el año pasado se publicaron más de 80 artículos sobre América Latina, un número mucho mayor que en años anteriores. “Eso creo que es una ganancia para la región, que Latinoamérica sea mejor comprendida en el mundo”.

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