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La visita exprés a Washington de la ministra de exterior canadiense , Chrystia Freeland , no sirvió para que Estados Unidos y Canadá destrabaran las negociaciones sobre el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), que llegan a la tercera semana de trabajo entre esos dos países.

Este martes, Freeland sostuvo dos reuniones en la oficina del representante comercial de Estados Unidos (USTR), Robert Lighthizer; un total de cuatro horas y media de negociación “muy intensa” en las que hubo “un ambiente de confianza sobre la mesa”.

El viaje fue relámpago, de sólo un día. Freeland estará desde este miércoles en Saskatoon, una población remota de Canadá, para asistir a un retiro de su partido.

“Es muy importante para el primer ministro [Justin Trudeau] hablar directamente conmigo [...]. Necesitamos explicarle en persona; las líneas telefónicas no son lo mismo, y realmente necesitamos ser capaces de hablar con él directamente para responder sus preguntas, hacerle saber dónde estamos, escuchar de él cuáles son sus posiciones e instrucciones. Es un momento en el que hablar y encontrarse cara a cara con el primer ministro es esencial”, argumentó al ser cuestionada por la necesidad de hacer un viaje tan corto a Washington.

Lighthizer, por su parte, estaba previsto que el viernes esté en Buenos Aires para asistir a la reunión preparatoria del G-20 , aunque oficiales de USTR todavía no confirmaron el viaje.

Si Lightizer no volara a Argentina se abriría la ventana que ambos negociadores se vuelvan a ver el próximo viernes; la canadiense, con más información y nuevas indicaciones para intentar desbloquear la negociación y dar paso de una vez por todas a una nueva etapa, donde México se uniría a la mesa para hablar de los asuntos trilaterales del nuevo TLCAN.

En el frente negociador hubo pocos cambios, al menos públicos. Freeland no salió de su guión de semanas anteriores, insistiendo en no dar detalles de dónde se encuentran las pláticas y la confianza de que un acuerdo que sea beneficioso para todas las partes es “posible”. Canadá y EU han entrado en una “fase de negociación continua” que, sin embargo, se verá truncada a nivel ministerial por sus compromisos profesionales.

“Aunque los ministros no estemos juntos nuestros funcionarios siguen trabajando, y seguirán haciéndolo esta noche. La cosa más importante es que este trabajo es intenso, encarnizado, y continua en los dos equipos”, aseguró la canadiense a los periodistas.

El optimismo sigue presente. “Conseguir un acuerdo va a requerir buena voluntad, buena fe, y flexibilidad de todas las partes, y creemos que es eminentemente posible”, dijo. Si bien lo más importante para Freeland es un buen acuerdo para su país, algo para lo que va a trabajar “tan duro como humanamente sea posible”.

afcl

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