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El posible triunfo de Andrés Manuel López Obrador puede acarrear un deterioro fiscal a largo plazo, haciendo que México pierda su calidad crediticia como sucedió en Brasil con el gobierno de Lula da Silva, comentó Jorge Mariscal, oficial en jefe para inversiones en mercados emergentes de UBS.

En entrevista, dijo que México pasa por un periodo complicado en lo económico y lo político, hay un aumento fuerte de la violencia, la actividad es pobre, los indicadores recientes de inversión y del sentimiento del consumidor muestran que la situación se está deteriorando, lo que favorece a la oposición del gobierno en turno, en este caso a López Obrador.

“La opinión pública sobre el gobierno es muy baja en este momento, lo que se convierte en un problema para el candidato del PRI. Lo más probable es que sea una carrera entre Ricardo Anaya y López Obrador, pero el electorado no se ha decidido si apoyar a Anaya o a Meade, y en este contexto el favorito sería López Obrador”.

El modelo económico del candidato de Morena enfatiza más el rol del Estado, en el control del gobierno en varias ramas de la economía, así como en un mayor gasto social, lo cual es diferente a lo que los gobiernos del PRI han buscado implementar.

También Andrés Manuel ha hablado de buscar revertir algunas decisiones y reformas estructurales importantes que se lograron en los últimos años, lo que genera incertidumbre.

“Como se ha anunciado en la plataforma de gobierno de López Obrador, estas medidas pueden acarrear un deterioro fiscal a largo plazo, un enajenamiento de la inversión, así como una mayor participación del Estado en la economía, que históricamente ha probado ser no muy eficiente”, detalló el entrevistado.

Comentó que estos riesgos no se verán de manera inmediata, pues pueden tardar meses o años, como fue en Brasil, cuando llegó a la presidencia Lula da Silva, porque al final de cuentas no hizo las reformas importantes y Dilma Rousseff pagó el costo.

“Ese es el peligro. Si no se hacen las reformas estructurales México no puede competir, habrá un deterioro fiscal importante y un riesgo de que pierda su calidad crediticia, que las garantías a la inversión privada se mermen y el gobierno tome un papel más activo en la economía”.

Sin embargo, reconoció que la campaña es una cosa y gobernar es otra, por lo que estimó que podemos ver un Presidente más de centro.

Los colaboradores cercanos de López Obrador dicen que no va a echar para atrás las reformas estructurales, pero es importante oírlo del propio candidato, dice Mariscal.

Otro escenario

El representante de la firma financiera explicó que el candidato del PAN, Ricardo Anaya es muy enérgico, que tiene propuestas radicales desde el punto de vista institucional.

Entre los planteamientos que ha hecho en campaña está crear un aparato judicial más independiente, comisiones del congreso multipartidistas para investigar la corrupción, los cuales son cambios que pueden ser interesantes de ser implementados, pero tiene que confrontar un congreso dividido, por lo que no le será fácil instrumentar esas medidas.

En cambio, si gana el PRI, el experto comentó que será un modelo de continuidad, aunque seguramente con cambios por el resentimiento social que hay en varios segmentos de la población, por lo que tendrá que atender problemas como la corrupción, la transparencia y el crimen.

Inquietud por TLCAN

Jorge Mariscal destacó que además del proceso electoral, otro factor que preocupa a inversionistas es la renegociación del TLCAN y entre más tiempo pase los tendrá más preocupados pues el acuerdo es un punto de referencia que garantiza que las reglas del juego se van a mantener.

“Pero los tiempos son apretados, se vienen las elecciones en México y puede ponerse un equipo nuevo a negociar; mientras que en Estados Unidos puede cambiar el sentimiento del Congreso con las elecciones en noviembre, lo que generará que las negociaciones se vayan hasta 2019, con lo cual la incertidumbre se posterga y la inversión sigue sin acelerarse”

En su opinión, el peor escenario para México es que el nuevo gobierno que llegue al poder se moviera a un modelo mucho más populista, cualquiera de los partidos que gane, donde se echaran para atrás algunas de las reformas importantes que se han logrado, en energía, en educación, en banca, y que decidiera tomar las riendas de la economía con más fuerza.

Por el contrario, el mejor escenario es que haya una renovación institucional, de manera similar a la que hace Brasil, que en opinión del especialista está dando el ejemplo a los mercados emergentes de que sí se puede tener un sistema judicial independiente que pueda enjuiciar y meter a la cárcel a grandes capos del sector privado y público.

Este tipo de limpieza, de reforma, de transparencia hace falta en México, concluyó Mariscal.

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