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La propuesta del nuevo gobierno de incrementar 15% anual el salario mínimo debe estar acompañada de una reducción de la informalidad, con el fin de beneficiar a un mayor número de trabajadores, así como con el consenso de las pequeñas y micro empresas, principales empleadoras del país, comentaron analistas económicos.

Al primer trimestre del año, 8.6 millones de personas ocupadas en el país ganaban hasta un salario mínimo, pero de estos sólo 9% (774 mil) se encuentran empleados en el sector formal de la economía, de acuerdo con datos del Inegi.

“El verdadero desafío de incrementar el salario mínimo sería que todos aquellos trabajadores que están ocupados de manera informal les paguen ese incremento, y es un reto porque por definición la informalidad no cumple con las reglas laborales”, comentó José Luis de la Cruz, director del Instituto para el Desarrollo Industrial y el Crecimiento Económico.

Otro elemento importante, consiste en que estos incrementos estén acompañados de crecimiento económico, de mejora regulatoria, de una mayor seguridad pública y de mayor financiamiento para que las empresas, sobre todo para los pequeños y micro negocios, que en su mayoría son las que pagan el salario mínimo, agregó el especialista.

El proyecto económico de AMLO apunta a un salario mínimo meta de 171.8 pesos diarios, casi el doble de los 88.36 pesos en los que se ubica actualmente y con lo que se estaría más cerca de cubrir el costo de la canasta de bienes alimentarios y no alimentarios que requiere una persona para vivir de acuerdo con el Coneval.

Para lograrlo, se propone que el incremento sea de 15% al año, de tal forma que los empresarios tengan tiempo para reaccionar, ajustar costos y absorber cualquier posible impacto.

Existe evidencia empírica de que un incremento paulatino y con una meta definida aumenta la productividad de los trabajadores de una empresa.

Un mayor ingreso tiene un impacto positivo en la reducción de la pobreza, la desigualdad y la informalidad, además de que incrementa el consumo en el mediano y largo plazos, se argumenta en la presentación del proyecto económico del nuevo gobierno.

“Es importante que el incremento al salario mínimo se lleve a cabo de manera gradual; sin embargo, aquí entra en discusión la opinión empresarial, porque la mayoría de los negocios son pequeños y medianos, entonces de incio provocar un incremento por decreto del salario mínimo es complicado para este tipo de compañías porque no van a poder costear los salarios de los trabajadores”, dijo Héctor Magaña, coordinador del Centro de Investigación en Economía y Negocios, de Tecnológico de Monterrey Campus Estado de México.

Mejorar el salario mínimo es una buena propuesta que comparten incluso algunas organizaciones empresariales como la Coparmex; sin embargo hay que irlo evaluando año con año, añadió el experto.

“Puede ser que el próximo año aumente 15% y si tiene un impacto negativo entonces se debe aplicar el freno; o al revés, si se ve que no pasa nada, que va por buen camino, incluso se puede aumentar la velocidad del aumento”, manifestó Jonathan Heath, analista económico del
sector privado.

Impacto inflacionario mínimo

El incremento en el salario mínimo va a tener en principio un impacto negativo sobre los costos de las empresas y por tanto en la inflación, del cual siempre se queja el Banco de México, pero que en realidad no sería tan fuerte en un principio, debido al reducido número de trabajadores que se verá beneficiado en un inicio, explicó Aníbal Gutiérrez, profesor e investigador de la Facultad de Economía de la UNAM.

El impacto en la inflación va a depender, primero de la magnitud de los incrementos a los salarios mínimos, y segundo de su alcance, es decir, si este incremento llega a la mayor parte de los trabajadores que actualmente se encuentran laborando de manera informal, comentó José Luis de la Cruz.

El experto comentó que de ser así, para garantizar que los aumentos salariales sean sostenibles en el mediano plazo deberán estar amarrados a que la economía tenga mayores capacidades productivas.

Jonathan Heath dijo que otro impacto negativo puede ser que el alza al mínimo frene la generación de empleos.

“Ahora hay una gran creación de empleo con salarios de entre uno y tres salarios mínimos, pero si aumenta demasiado la remuneración puede perjudicar esta creación de empleos, entonces tampoco queremos que se implemente una medida que al final los trabajadores terminan perdiendo más de lo que ganan”, comentó Jonathan Heath.

Atar mejor a productividad

Héctor Magaña mencionó que el incremento al salario mínimo tiene que estar relacionado con la productividad. “Que los empresarios realicen las inversiones necesarias para la capacitación del personal y esto se vea reflejado en una mayor remuneración a los trabajadores”.

Aníbal Gutiérrez consideró que es clave que haya apoyo a micro y pequeñas empresas, debido a que muchas no estarán en condiciones de pagar ese tipo de incrementos, de ahí la necesidad de ir avanzando en una convocatoria nacional para la promoción del crecimiento, el empleo, la productividad y el salario, acotó.

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