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La creciente importación de acero a través de prácticas desleales es uno de los principales riesgos que enfrenta la industria, sobre todo cuando en la región el mercado está en lenta recuperación, dijo Rafael Rubio, director de la Asociación Latinoamericana del Acero (Alacero).

El volumen de las importaciones de acero es superior a 30% de la demanda de este insumo en Latinoamérica, lo que desde el punto de vista de las empresas que operan en la región, representa un área de oportunidad para superar.

Sin embargo, parte de esas compras del acero al exterior vienen en condiciones de prácticas desleales, y aun cuando no es una característica propia de la mayoría de las importaciones, es una problemática que contamina al resto del mercado, lo que genera un efecto multiplicador más negativo de lo que uno puede esperar, agregó Rubio.

Frente a un comercio desleal creciente, la industria y las empresas en América Latina han reaccionado utilizando los instrumentos con que cuenta la Organización Mundial de Comercio (OMC) para enfrentar la problemática, ya sea de temas de dumping, subsidio o salvaguarda.

Los gobiernos, a raíz de las investigaciones que presentan las empresas que han tomado decisiones en esa dirección, y dentro de ella el rol de China es muy claro, de 63 investigaciones terminadas por las autoridades 40 de ellas son dirigidas contra productos acereros chinos. En el caso de México, hay 32 acciones vigentes, de las cuales 17 están dirigidas contra el gigante asiático.

Hay 10 investigaciones en proceso de la cuales la totalidad son también contra productos chinos.

La asociación estima que la demanda de acero cerrará 2017 con un crecimiento de 3.7% a tasa anual; la producción alcanzará un alza de entre 3% y 3.5%, dependiendo de cómo termine el año; las importaciones estarán entre 7.5% y 8%; y las exportaciones se estiman en 8%.

El sector externo, particularmente el de las materias primas, ha tenido un comportamiento menos volátil en 2017 y eso impacta en una región como Latinoamérica, que tiene un alto contenido de exportaciones de ese tipo de productos, explicó Rubio, quien acotó que el crecimiento de la demanda de acero sigue siendo débil, por debajo del potencial que tiene la región.

Para Latinoamérica se estima un consumo de acero de 67.2 millones de toneladas en 2017 y para 2018 se llegará a 69.9 millones de toneladas. Por países, destaca Brasil, con una demanda de 18.4 millones en 2017 y 19.7 millones en 2018, lo que significa con crecimiento de 7%. En México se espera que el consumo pase de 26.8 y 27.6 millones de toneladas, una variación de 3%, tasa inferior a 5.7% esperado para 2017.

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