San Diego.— La ciudad de San Diego está lista para recibir la primera visita del presidente Donald Trump a California, y quiere dejar claro que su presencia es non grata. “No es bienvenido”, sentenció Pedro Ríos, director del programa de San Diego del American Friends Service Committee. “Viene porque es un racista, para que lo sepamos”, remató Juan Vargas, congresista demócrata.

Trump visita hoy San Diego para protagonizar un momento cumbre en su promesa electoral más simbólica. El presidente se paseará entre los ocho prototipos del muro fronterizo —que él ha calificado de “enorme y bello”— , imagen de su política agresiva contra la migración y el aislacionismo nacionalista que caracteriza a su administración.

“Viene a tomarse una foto con los prototipos de manera oportunista”, aseguró Ríos, cabeza visible de una de las ONG locales, a EL UNIVERSAL.

El mensaje que sale de ese muro, según Ríos, es justamente el contrario que debería mostrar el gobierno de un país que, por historia, ha sido cuna de inmigrantes.

Decenas de organizaciones de la ciudad se han unido para lanzar un mensaje unitario: la presencia de Trump en San Diego no es bien recibida, y el rechazo a su idea de muro es casi unánime.

“Su presencia aquí no es algo que necesitamos y mucho menos los muros que él ha estado promoviendo”, explicó el activista.

Ayer tuvo lugar una protesta, y habrá al menos cuatro más mientras Trump esté en la ciudad. “¿Cuándo va a entender que no queremos un muro?”, dijo por su parte Christopher Wilson, director adjunto del Alliance San Diego, otra organización de la ciudad.

Activistas de todo tipo están uniendo fuerzas para lanzar el mensaje de que el muro no es lo que la ciudad ni California quieren. “Basta con Donald Trump. ¡Abajo el muro de la muerte!”, gritó Kike Ochoa, líder de la Unión de Barrio. “Rechazamos tu odio, no necesitamos tu muro racista”, cantaron al unísono una veintena de manifestantes, en la presentación de las jornadas de movilización de los sandieguinos contra la visita del magnate.

“Crear este muro nos va a llevar para atrás, es para promover algo malo”, explicó a este diario Georgette Gómez, concejal de la ciudad.

Ella reconoce que hay retos en la relación fronteriza, pero en lugar de muros hay que apostar por potenciar la binacionalidad de la región.

“Nuestra frontera está segura, no hay debate de que no lo es. El debate es de mejorar, reconstruir las relaciones que históricamente se han dañado por el acto de odio”, resumió.

“No entiende muchas cosas, especialmente la frontera”, criticó Vargas, legislador en la Cámara de Representantes de toda la región fronteriza de California y una de las voces que pide incansablemente un juicio político a Trump que derive en su destitución.

“No lo queremos, no queremos que traiga su racismo aquí”, sentenció.

La única manifestación de apoyo al presidente la han organizado San Diegans for Border Security, grupo local que lleva años apostando por más control en la frontera. Su convocatoria coincidirá en el espacio y el tiempo con los contrarios al presidente, dejando abierta la posibilidad de confrontación directa a pocos metros de los prototipos.

Las protestas serán un mensaje claro hacia la Casa Blanca, pero es poco probable que la administración Trump se eche para atrás en su propuesta estrella.

“No creo que vayamos a cambiarle la mente a Donald Trump”, asumió Ríos, “pero no debemos quedarnos con las manos cruzadas, debemos demostrar que creamos resistencia en San Diego, y que esa resistencia de manera muy contundente dice alto a las políticas de odio, alto a las políticas que generan muerte a nuestras comunidades”.

Google News

TEMAS RELACIONADOS

Noticias según tus intereses