Los detalles del plan de reforma fiscal del partido republicano en la Cámara de Representantes continuaron filtrándose con cuentagotas durante la jornada de ayer.

Las rencillas, aún evidentes, y las brechas por cerrar obligaron a los legisladores retrasar un día más la presentación de su borrador, que salvo cambios de última hora, se presentará durante la madrugada.

De acuerdo con algunas de las propuestas generales dadas a conocer a puerta cerrada por el presidente del Congreso, el republicano Paul Ryan, la propuesta rebajará el Impuesto de Sociedades desde 35% hasta 20% y, en un principio, se desecharía la idea de aplicar este recorte de forma progresiva, como se había planteado inicialmente.

En un intento por aunar posiciones entre los legisladores que velan por la sostenibilidad de las cuentas públicas, el proyecto no ofrecerá grandes alivios a las rentas más altas, que seguirán contando con un impuesto sobre la renta de 39.6%, de acuerdo con lo que adelantó The Wall Street Journal.

Según el rotativo, después de plantear la posibilidad de reducir el impuesto sobre la renta de las personas físicas (IRPF) hasta 35% a los individuos y familias con mayores ingresos, los legisladores parecían comprometidos a mantenerlo en el nivel actual o hacer tímidas modificaciones.

Así se evitará tildar la reforma como una rebaja de impuestos a los ricos, como han señalado los legisladores demócratas.

The Washington Post dio a conocer que 39.6% sólo se mantendría para quienes ganen más de cierta cantidad, probablemente un millón de dólares al año, lo que reduciría el impacto de la reforma fiscal en el déficit en aproximadamente 200 mil millones de dólares durante la próxima década, de acuerdo con el Comité por un Presupuesto Federal Responsable.

La administración de Donald Trump prometió reducir el IRPF a tres tramos de 35%, 25% y 12%.

Otras propuestas dadas a conocer por la cadena ABC, que pueden cambiar antes de presentarse el borrador final, incluían la reducción en el límite que los estadounidenses pueden aplicar a sus planes de pensiones a través de sus empleadores.

Estas contribuciones libres de impuestos tiene ahora un límite de 18 mil dólares anuales.

Algunos republicanos querían rebajar esta cifra hasta 2 mil 400 dólares y se reducirá hasta un tope que quedaría a medio camino.

Además, el último borrador eliminaba las deducciones sobre los impuestos de la renta estatales y locales; sin embargo, mantuvo la posibilidad de descontar los gravámenes locales sobre la propiedad.

En cuanto al Impuesto de Patrimonio, los legisladores republicanos parecían apoyar su eliminación, aunque todavía no estaba claro si ocurriría de forma inmediata o progresiva.

De hecho, se habla de elevar la cantidad exenta de dicho gravamen, que actualmente asciende hasta los 10.9 millones para las familias, durante los próximos cinco años antes de eliminar el gravamen por completo.

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