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La política pública que aplique el próximo gobierno en materia de telecomunicaciones debe considerar un fondo para subsidiar los servicios y llegar a las personas sin acceso, dijo Pablo Bello, director ejecutivo de la Asociación Interamericana de Empresas de Telecomunicaciones (Asiet).

Donde el mercado no llega se requieren mecanismos de política pública, aseguró en una entrevista con EL UNIVERSAL.

“Uno es el subsidio a la oferta, cómo se generan mecanismos de aporte del Estado para expandir la cobertura en sectores donde no hay oferta o servicio, y para ello se pueden poner a disposición fondos y concursarlos, y entregar ese fondo a aquella empresa que requiere menos subsidio”, comentó Bello.

El problema de la brecha digital no sólo es de cobertura, sino de capacidad de pago de las familias, destacó
el directivo.

“Habrá que pensar en modalidades que permitan que las familias de más bajos ingresos se puedan conectar, y esto tiene que ver con los instrumentos que favorezcan que el mercado pueda resolver el problema: ahí la flexibilidad comercial es fundamental”, precisó Bello.

Agregó que deben considerarse fondos para, por ejemplo, reducir los costos fiscales de las familias.

“Ahí el Estado puede contribuir mucho por la carga tributaria, podría pensarse que algún plan básico de nivel de entrada para acceso a internet quede exento de impuestos”, explicóel director de Asiet.

Incluso, Bello opinó que quienes tienen niños en la escuela podrían recibir un subsidio para contratar un plan básico de internet.

“Creo que hay que ser muy abiertos y proactivos en buscar soluciones que cumplan con las condiciones de favorecer la inversión y desarrollo de redes, y cobertura a los menores costos posibles y que complementen el rol del mercado para garantizar que los que quedan atrás puedan conectarse”, afirmó.

Por otra parte, dijo que también puede considerarse eliminar el Impuesto Especial sobre Producción y Servicios (IEPS) en materia de telecomunicaciones.

“La mejor noticia sería eliminar el IEPS, pero en cualquier caso sería mejor que ese impuesto contribuyera a un fondo para desarrollar la conectividad a que vaya a recaudación del Estado”, destacó.

Cuestiona Red Compartida. El director de Asiet destacó que la Red Compartida es una mala política.

“De hecho, si uno ve la comparación internacional, como en el caso de Chile, por ejemplo, la banda de 700 MHz se concursó con obligaciones de cobertura con localidades rurales en un contexto competitivo para tres empresas, lo que ha permitido que Chile sea un país en América Latina en el uso de la red”.

La Red Compartida no es un aporte al desarrollo de la infraestructura digital, no incrementa la oferta de cobertura ni es disruptiva desde el punto de vista competitivo, ni podría serlo porque en realidad ya hay una oferta de redes con las que compite, de manera que hay una superposición que ya ofrecen los servicios que se podrían esperar.

Bello recomendó al próximo gobierno que evalúe el impacto competitivo y de servicio, y en cualquier caso, no repetir el modelo.

Sobre las redes comunitarias, dijo que “asignar espectro a pequeñas empresas en ámbitos rurales o semi-rurales no es lo más adecuado, porque hay altas economías de escala, altas tendencias a la concentración, porque se requieren niveles intensivos de inversión, ya que las redes son complejas de administrar y generan efectos disruptivos sobre las redes preexistentes hay problemas de interferencias”.

Lo recomendable es generar modelos de expansión de las redes existentes para llegar a estas localidades y sistemas donde la propia comunidad se encargue de comercializar, de mantener la operación de las redes.

Urge invertir. La Asiet estima que la Alianza del Pacífico ―Chile, Colombia, México y Perú― deben invertir 110 mil millones de dólares para acercarse a los niveles de los miembros de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) en materia de telecomunicaciones.

“Necesitamos una infraestructura de telecomunicaciones y de conectividad que llegue a todos los rincones de nuestros países y que permita favorecer la inclusión digital y tener estándares que sean de clase mundial”, subrayó Bello.

Para lograrlo, la Asiet hizo una propuesta de agenda digital para los países de la Alianza del Pacífico, con tres tareas centrales.

“Por una parte, cerrar la brecha digital, tener una infraestructura de conectividad de clase mundial y hacer uso de las TIC’s en el ámbito productivo”, precisó.

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