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Hoy en día, los recursos de los trabajadores captados y gestionados por las Administradoras de Fondos para el Retiro (Afore) son invertidos en instrumentos de bajo riesgo y, por tanto, de bajos rendimientos, como la deuda gubernamental nacional, por lo que los portafolios de inversión tienen todavía un amplio potencial para explorar instrumentos que —aunque son más riesgosos— pueden generar rendimientos más atractivos en el largo plazo.

En entrevista, Carlos Ramírez, presidente de la Comisión Nacional del Sistema de Ahorro para el Retiro (Consar), afirmó que es extraño ver portafolios de ahorro para la jubilación en el mundo con características poblacionales similares a las de México, que tengan niveles de inversión de 50% en deuda gubernamental.

“Estos portafolios suelen tener una mayor participación en instrumentos de mayor riesgo, pero también de mayor rendimiento, como proyectos productivos y acciones. Nuestros portafolios son bastante conservadores, pero respetamos las decisiones de las Afores y confiamos en ellas”, dijo.

Actualmente, 48% de los recursos de los trabajadores se encuentra invertido en deuda gubernamental de todos los plazos, considerada la de menor riesgo en el mercado; 7% está en renta variable nacional (acciones); 16%, en renta variable internacional; 20%, en deuda privada nacional; 5%, en instrumentos estructurados (Certificados de Capital de Desarrollo y Certificado de Proyectos de Inversión); 3% está en fibras y 1%, en deuda internacional.

Riesgo mínimo. Al ser cuestionado sobre los recientes escándalos sobre las inversiones dudosas que realizaron algunas Afores en empresas y proyectos productivos, Ramírez afirmó que de cada mil inversiones que realizan las administradoras, una sale mal, ya que dentro del mercado financiero todas las inversiones conllevan un riesgo.

“En los 21 años que lleva el sistema de pensiones y de los 3.4 billones de pesos que tienen bajo su administración las Afores, alrededor de 1.5 billones son rendimientos netos de comisiones y que se generaron a lo largo del tiempo. Si hubieran hecho muchas malas inversiones, no se hubieran logrado estos rendimientos. Los trabajadores no tienen nada de qué preocuparse respecto a lo que está pasando con su ahorro”, indicó.

Agregó que “lo más sencillo sería delimitar a las Afores para que en lugar de estar buscando entre empresas y proyectos productivos, sólo invirtieran en cetes a 28 días, que son instrumentos seguros y sin riesgos, pero que apenas pagan la inflación o incluso menos. Pero no queremos eso, queremos que las Afores busquen mayor retorno y mayor rendimiento en proyectos más grandes que pueden pagar mayores rendimientos, pero —obviamente— al buscar esos rendimientos, hay mayores riesgos”.

Comentó que el riesgo no es malo y más que evitarlo los expertos trabajan para gestionarlo de manera tal que en el largo plazo, los rendimientos sean superiores a las pérdidas. Para lograr este objetivo, las Afores mantienen la filosofía de “no tener los huevos en la misma canasta”, es decir, invierten en diferentes instrumentos que tienen comportamientos diferenciados.

Aeropuerto, ICA y oro negro. El presidente de la Consar reiteró que las Afores que invirtieron recursos en la Fibra E, que financia el Nuevo Aeropuerto Internacional de México (NAIM), tomaron la decisión con base en las reglas actuales y destacó que dicha inversión cuenta con una cláusula que estipula que el agente de pago para el inversionista es la Tarifa de Uso Aeroportuario (TUA) de los ingresos futuros del aeropuerto, y en un caso catastrófico —por ejemplo, que se decida suspender la obra— serán cubiertos con los ingresos del aeropuerto actual.

“Son este tipo de inversiones en las que buscamos que participen las Afores de largo plazo, con utilidades futuras muy atractivas, y son este tipo de obras las que están persiguiendo las Afores, porque son inversiones con una demanda [de servicio] garantizada. La decisión se tomó con base en las reglas actuales, y las Afores decidieron tomar esta decisión a pesar del ruido político, pero bajo el amparo de ciertas reglas de la Fibra E”, comentó.

En meses pasados, la agencia Reuters dio a conocer que PensionISSSTE inyectó más de 20 millones de dólares a la constructora ICA, cuando la firma se dirigía a la insolvencia, lo que generó que el Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (ISSSTE), a través de su unidad de control interno, comenzara una auditoría que busca responsabilizar, incluso penalmente, a quienes hayan incurrido en alguna anomalía.

PensionISSSTE, que administra casi 200 mil millones de pesos de trabajadores del gobierno, adquirió las acciones de ICA en agosto de 2015, basándose en información pública “que no sugería el futuro incumplimiento de sus obligaciones financieras”. En su momento, la Consar examinó las inversiones y dijo que cumplían con las reglas existentes.

Un caso similar fue el de Oro Negro, que el 21 de septiembre de año pasado informó en un comunicado que una de sus subsidiarias (Perforadora Oro Negro) solicitó voluntariamente que se le declarara en concurso mercantil.

Para poder recuperar los recursos invertidos, las Afores involucradas (Sura y CitiBanamex) deberán interponer una demanda para que se les tome en cuenta durante el proceso de la venta de activos.

De acuerdo con una publicación de El Economista, Oro Negro no ha generado ingresos desde septiembre de 2017 y acumula pasivos por 950 millones de dólares. Asimismo, indicó que Sura y CitiBanamex, a través de Certificados de Capital de Desarrollo (CKD), financiaron a la firma con aproximadamente 500 millones de dólares.

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