La idea de que algo que alguna vez te afectó fuertemente debería perturbarte para siempre es limitante y paralizante. En mi post anterior , explico cuáles son las desventajas de utilizar las estrategias de siempre para lidiar con cuestiones pasadas. Ahora te propongo opciones para liberarte de la pesada carga del pasado.

Para lograrlo, lo más importante es tu disposición a probar nuevas conductas y actitudes, experimentar para descubrir qué funciona mejor y cuáles son los resultados de estos nuevos comportamientos.

Cierto, tu forma de actuar actual está asociada a lo te tocó vivir. Para seguir adelante, es necesario mirar atrás, analizar tus actos y los de los demás. Pero no quedarte en el análisis y mucho menos estancarte a causa de éste. El otro día escuché a alguien decir que las vivencias del pasado son como goma de mascar que se pega a nuestro zapato psicológico. Se pega y hace incómoda la marcha hacia delante.

Si quieres eliminar las experiencias desagradables, haz igual que con la goma de mascar: talla, despega y sigue caminando. En lugar de aferrarte al pasado y sufrir por él, mira hacia atrás para aprender de tus experiencias, pero no permitas que las vivencias se conviertan en prejuicios limitantes.

1. Encuentra un anclaje en el futuro

Quizás dedicas demasiado tiempo a pensar acerca del pasado. ¿Qué pasaría si, haciendo un pequeño cambio, dedicaras un poco más de tiempo y energía a crearte una visión psitiva de tu futuro? Sin una perspectiva positiva del futuro, es difícil dejar atrás el pasado. Al concentrarte en tus planes futuros y cómo llevarlos a cabo dejas de centrar tu atención en el dolor de cuando tu mejor amiga te traicionó o cuando le asignaron a tu compañero de trabajo el puesto por el que habías trabajado arduamente. Plantearte una meta te saca de las arenas movedizas en las que has estado atrapad@.

2. Desecha lo obsoleto

¿Conservas en tu cartera la foto de ese último amor no realizado? ¿Aún tienes el número de tu ex por si algún día decide llamarte y rogarte para volver a estar juntos? Aferrarte a ciertas cosas habla de tu resistencia al cambio, a lo nuevo. Sobre todo, habla de la falta de aceptación de cómo son las cosas ahora.

Mira a tu alrededor. Obsérvate a ti mism@. ¿Sigues vistiendo como lo hacías para agradar a tu pareja o como te lo exigía tu empleo anterior, aunque tu nueva pareja no lo espere, ni en tu nuevo trabajo sea un requisito usar ese tipo de ropa? ¿Ahora que estás divorciad@ todavía necesitas dos sillones para ver la tele? Actualiza tu situación, haz los cambios necesarios. Hacerlo contribuye a la aceptación.

3. Rectifica tu proceder

Una buena forma de dejar atrás el pasado es restaurar la relación con quien has tenido desaveniencias. Quizás te portaste especialmente mal con un hermano, demasiado duro con tu padre o madre, intolerante con tu pareja o poco apoyador con un amigo desesperado. Para hacerlo, es necesario enmendar las cosas, acercarte y, cara a cara o por medio de una carta, expresar tu remodimiento. Para ser efectiva, una disculpa debe ser una expresión auténtica de arrepentimiento. Explica qué sucedió, menciona que estás consciente del daño causado, que lo sientes y que tendrás cuidado de no volver a ofender o herir a esa persona. No te olvides de preguntar si hay algo que puedas hacer para reparar el daño causado.

4. Reescribe tu propia historia

Cada uno tiene su propia versión de cómo suceden las cosas. En esta versión tomamos un papel: héroe o villano, amado o despreciado, benevolente o malvado. Con el paso del tiempo podemos llegar a apreciar un suceso pasado de forma más equilibrada o menos dolorosa.

Una forma de lograr esto es reescribir tu propia historia. Al hacerlo quizás te des cuenta de que tu ex no siempre se comportó como un tirano o que tu jefa en ocasiones te favoreció a ti en lugar de otros empleados. Volver a escribir la historia una vez pasado cierto tiempo no quiere decir que los hechos van a cambiar. La idea es simplemente ver los hechos de manera más madura, más empática, con menos dolor. Hacerlo así, te permite desprenderte del pasado.

5. Aprende a estar en el presente

Continamente nuestros pensamientos oscilan entre el pasado y el futuro. Hemos perdido la capacidad para estar presentes. Y es necesario desarrollar la habilidad para enfocarnos en lo que está ocurriendo momento a momento. Esto requiere trabajo y esfuerzo, pero los beneficios valen la pena. Con la práctica te será mucho más fácil dejar atrás lo ocurrido en el pasado, esas cosas a las que les das vueltas una y otra vez. Tú sabes de qué hablo, ese rumiar incesante que te roba tiempo y energía.

¿Cómo empezar a practicar el estar presente? Mantén una observación constante de tus pensamientos. Cuando mentalmente estés en el futuro o el pasado, sólo registra este hecho, sin reaccionar, sin enojarte, sin rechazar. Muy amablemente trae tu mente de regreso al presente. Quizás debas hacer esto en muchas ocasiones, pues ir hacia el pasado o futuro es un muy mal hábito de nuestra mente. Por esta razón, requiere de mucha atención y perseverancia.

¿Qué piensas de estas estrategias para soltar la pesada carga del pasado? Comparte tus pensamientos, historias y preguntas en la sección de comentarios. Sígueme en y . Lee mi libro .

Google News

Noticias según tus intereses