Lo han llamado el Peter Pan de la vida real. Es un adolescente de 14 años a quien se le ha diagnosticado con gerascofobia o terror a envejecer. Su intenso temor a crecer lo ha llevado a encorvarse, forzar su voz para que suene más aguda, dejar de comer y perder unos 12 kilos, todo para parecer más joven.

Se trata de un chico mexicano que siente como una amenaza el desarrollo de su cuerpo. Con cada signo de crecimiento o madurez física se desata su ansiedad. Ha hecho grandes esfuerzos por evitar u ocultar su crecimiento. Entre otras cosas, ha considerado la cirugía estética, incluso ha decidido no eyacular, pues es un acto asociado a la madurez sexual y la adultez.

Se trata de una fobia rara diagnosticada sólo en dos ocasiones anteriores. Es un caso extremo de miedo constante e irracional a envejecer. Las preocupaciones obsesivas incluyen: no ser capaz de cuidarse a sí mismo, la pérdida de movilidad, la pérdida de los seres amados, el temor a depender de otros o a ser enviado a un asilo de ancianos.

Una de las posibles raíces de esta fobia está en pensamientos negativos y depresivos derivados de la experiencia de ver a otros enfrentar la vejez o enfermedades degenerativas como Alzheimer o Parkinson. La gerascofobia interfiere con la vida social y personal, pues puede generar ataques de pánico. La persona que la padece tiende a aislarse, deprimirse, a sufrir de estrés, hipertensión o enfermedades cardíacas debido a la preocupación excesiva.

Todos tememos un poco a la vejez

Pocas personas llegan a este nivel de ansiedad con respecto a la vejez. Sin embargo, en esta sociedad obsesionada con la belleza juvenil, los mensajes de que “no está bien envejecer o mostrar signos de envejecimiento” nos provocan mucha ansiedad.

Muchos tenemos tal pavor a perder la lozanía, la capacidad de seducción, la independencia y la movilidad, que hacemos grandes esfuerzos por mantenernos jóvenes. Así, nos teñimos el cabello, usamos tratamientos excesivamente caros o recurrimos a la cirugía estética; otros más usan ropa juvenil y tienen actitudes que no están de acuerdo a su edad. Todas estas son muestras del rechazo al inevitable paso del tiempo. No siempre es fácil aceptar el paso del tiempo. Cada signo nos recuerda que nos vamos acercando más y más a la pérdida de capacidades, a la enfermedad y a la muerte.

¿Quién es más propenso a sufrir por el irremediable paso del tiempo?

  1. Quien da demasiado peso a la apariencia. Si para uno los cambios corporales propios de la edad como las arrugas, el pelo cano o la flacidez de la piel significan fealdad, seremos presa fácil del terror a envejecer.
  2. Quien no ha alcanzado las metas que se había propuesto para su edad. Algunas personas basan toda su seguridad en los logros conseguidos. Cuando no alcanzan sus metas, catastróficamente piensan que los años ya pasaron y ellos se han vuelto viejos. Esto puede ser muy doloroso y la atención a la apariencia puede compensar por lo no conseguido.
  3. Quien no ha desarrollado su vocación o pasión, o que no ha encontrado satisfacción en sus actividades.
  4. Las personas ansiosas y narcisistas que piensan que una apariencia fresca y juvenil les da un mayor valor como personas.

¿Qué se puede hacer?

Para hacer las paces con el envejecimiento, dejar de verlo como un enemigo, piensa en lo siguiente:

  1. Cuando venga a tu mente un pensamiento como “¡mis arrugas son horribles!”, pregúntate si en verdad te ayuda tener en mente esta idea de manera constante. ¿Le es de ayuda a otros? Elige pensamientos útiles que abonen a tu bienestar.
  2. Pregúntate si la preocupación por tus arrugas o la vejez es tu propia preocupación, o si es una especie de guión aprendido de alguien más. ¿Quién en tu familia dice o decía que envejecer es horrible? ¿Qué tanto ha contribuido la publicidad a tu preocupación por ser “siempre joven”?
  3. Piensa: ¿Qué pasaría si viviéramos en una cultura que respetara y admirara a los viejos por su sabiduría y capacidad acumuladas?
  4. ¿Qué puedes comenzar a hacer hoy para vivir la vida plenamente? Cuando vives en plenitud, la apariencia y la vejez pasan a segundo término.

“No te quejes de envejecer. Es un privilegio que a muchos se les niega”, dice un proverbio irlandés. Piensa: ¿Cuántas personas, amigos o familiares no han tenido la oportunidad de llegar a la vejez? Tener la oportunidad de saborear el otoño de la vida es algo por lo que estar agradecido, ¿no crees?

“La edad es una cuestión de mente sobre materia. Cuando no te importa, simplemente no te importa.” ¿Qué piensas de esta idea de Mark Twain? Comenta, pregunta, discute, opina, señala, aclara, asiente.

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