(Para el origen y significado de la palabra chairo, pueden consultar esta nota que escribió Pável M. Gaona: .)

El otro día fui a un lugar chairísimo a hacer un reportaje. Cumplía los requisitos indispensables del chairismo: mural de Emiliano Zapata, chela barata, noche de reggae, baños sin papel. La verdad estaba chingonsísimo. Lo digo de verdad. Ya quiero regresar.

Lo no tan chido es que en algún momento estuve platicando, ya fuera de entrevista, con el dueño y sus colegas (todos hombres). Aunque eran más o menos de mi edad y compartíamos un pasado en universidad pública y un perfil izquierdológico similar, en serio que en ese momento los hubiera podido sustituir por ejecutivos cincuentones priistas trajeados, tíos borrachos con camisetas del América o mirreyes cubeando en el antro.

Pa pronto, me dieron mi bebida rebajada sin que yo lo solicitara. “Te la servimos para niñas”, me aclararon. Luego uno dijo “A ver cuándo traes a tus amigas”, ya saben cómo, en ese tono, a pesar de que su novia estaba a unos cuantos metros (a ella nunca la invitaron a sentarse a la mesa). Durante los veinte minutos que estuve ahí, entre ellos hicieron chiste tras otro del tipo “AHAHAHA ERES PUTO TE GUSTA LA ÑONGA AHAHAHAHAH TE GUSTA VESTIRTE DE MUJER AHAHAH ÑONGA PUTO ANO AHAHAHHAA GAY BOA DE PLUMAS AHAHAHA PITO””. (Sobre el monotema gay de los machos mexicanos escribí aquí: .)

No encontré la diferencia entre ellos y el ñor con camisa Polo que ayer vi en el Costco haciéndole chistes misóginos a la chava que daba informes sobre las aspiradoras. O con el combo chofer de Uber Pool + pasajero de Bosques de Las Lomas platicador que le pregunta “¿Y SÍ SE SUBEN VIEJAS BUENAS WEY? ¿Y CUANDO SUBEN UNOS PUTOS NO SE TE ANTOJA?”.

Fue como volver a la universidad. Con güeyes de clase media capaces de ponerse en los zapatos del obrero, del campesino, del guerrillero... pero nunca de la mujer, de cualquier mujer, porque NO WEY VAYAN A DECIR QUE SOY PUTO. Encabronados por escuchar comentarios clasistas, pero ellos burlándose de las gordas. Indignados porque el gobierno trata a los indígenas como ciudadanos de segunda, pero ellos sin dirigirle la palabra a una chava transgénero mientras cuchichean en el rincón porque KE ES ESO. Luchando por la gratuidad de la educación, pero criticando a la que ya se acostó con todos porque “es bien puta”. En cosas de género, se emparejan con la derecha más rancia. Ahí sí no se enteraron de nada nada nada nada nada que no que no.

Así son los chairos de mi generación (#NotAllChairos). Por favor díganme que los que ahorititita están estudiando son diferentes, que sí van a salvar al mundo.

Ah, lo que sí me gusta es que, a la par de “machairo”, se haya creado el término “femichaira”. Sí, nació como un término despectivo, pero igual que con “feminazi”, hay que apropiárselo y usarlo con una mezcla de humor y orgullo. #FemichairaForever

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Guguleé “machairo” y me salió esto:

¡Gatito!

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