Ahora sí, ya está entradito el año y los propósitos a todo lo que dan. Los gimnasios llenos, muchos haciendo dieta y otros controlando el cigarro o el alcohol. ¡Me parece perfecto! De hecho, me entusiasma la idea porque me identifico plenamente. Yo también estoy intentando retomar el orden y la rutina.

De hecho, este fin de semana me tocó ir al súper, hacer mi primer compra de 2017… estuvo muy bien. Paseaba feliz con mi carrito por todos los pasillos cuando caí en cuenta que estaba comprando cosas con la intensión de comerlas para sentirme bien, tener energía y reinstalar los buenos hábitos que suelo tener. Ahí es donde pensé este texto que hoy comparto con ustedes, espero les sirva y les guste…

Se iba a llamar “Las 5 cosas que sin dudar llevé a casa” pero bueno, la idea se mantiene, se las comparto:

1. Frutas y verduras. Frescas, de temporada, listas para comer o congeladas para que nunca falten, pero eso sí no pensé ni medí la cantidad y variedad. De hecho, donde yo compro mis cosas toca que entres por la zona de fruta y verdura entonces… ¡pesco todo lo que se me antoja! nopales, espinaca, lechuga, germinados, brócoli, chayote, calabaza, zanahorias, jícama, mandarinas, naranjas, limones, plátano, papaya, guayaba, pera, melón, todo. Mucha fruta, mucha verdura y de muchos colores, que dure unos 15 días (a veces menos).

2. Leche de vaca. Compro 6-8 litros para dos semanas. Mi hija la disfruta mucho. A veces entera, a veces light pero siempre busco la versión alta en proteína. En casa no tenemos problemas con la lactosa, así que compro la que sí tiene, nos encanta. De hecho, no hay día que no tomemos, mi hija en el desayuno o la cena bebe un vasito y todo perfecto, me quedo tranquila porque sé que ya tiene los nutrientes que necesita para crecer y sentirse satisfecha. De hecho, esta vez también compré “cuartitos” para el lunch o para llevar en mi maleta del gimnasio porque, para lo que no saben, la proteína de la leche es clave para reparar y construir masa muscular. Antes el tema era que debía estar refrigerada pero ahora hay una versión que puede estar en la alacena, lo cual la hace perfecta, la amo.

3. Jamón, queso y huevo. Sé que muchos son detractores de los embutidos, pero debo reconocer que la pechuga de pavo me gusta y me resuelve algunos problemas prácticos de la vida cotidiana. En casa compro versión sin sal y la usamos para quesadillas, sándwiches o con huevo. El queso, igual, lo usamos para muchas cosas… ¡le ponemos queso hasta a la sopa de verduras o la de pasta! En casa siempre hay panela y Oaxaca. Del huevo ¿qué les puedo decir? Siempre tenemos, sirve para todo y su aporte de proteína y vitaminas es excelente, es barato y muy versátil.

4. Tortillas. Pueden ser de maíz o nopal, pero nunca faltan. De hecho, yo siempre digo que la vida puede sobrellevarse si hay tortillas y queso… y de verdad lo creo. Para algunos platillos, las de maíz son insustituibles pero las de nopal son buena alternativa para los días que tienes más hambre y no quieres comer tantos carbohidratos (para unos chilaquiles, por ejemplo) ¿Sabías que dos tortillas de nopal son lo mismo que una de maíz? Por eso en casa tenemos de las dos. De harina casi no compro porque son altas en grasa y bajas en fibra, la verdad es que son ricas pero nutricionalmente hablando las de maíz se las llevan de calle.

5. Semillas. Depende de qué tengamos antojo, pero en casa siempre hay y habrá almendras, nueces, cacahuates, ajonjolí, chía, pistaches, nuez de la india y todas las semillas posibles. Las comemos en cantidad moderada, pero diario. En un licuado, en la ensalada, como botana (un tip: ¿se te antoja algo dulce? Come algo salado y así no comes de más). Son una buena colación, aportan grasa buena y proteína completando así los requerimientos de la dieta.

Así pues, mi súper fue sencillo y completo. Compré también pollo y pescado para asar, unas papas para hacer al horno, un par de aguacates, lentejas y… una botella de vino. Uno nunca sabe cuándo se puede ofrecer. Tengan un fantástico 2017.

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