¿Quién dijo que regresar a clases es cosa fácil? Si a ti como adulto te cuesta trabajo, ¡imagínate a los niños!

Resulta que después de varias semanas de vacaciones, de hacer un poco lo que quieren, de desvelarse, comer más permisivo, saltarse uno que otro día el baño, no usar uniforme, no ir a clases por la tarde y qué se yo cuántas licencias más, de pronto la rutina aparece de nuevo y hay que cuadrarse. ¡Qué difícil!

Por ello, te voy a dar 5 recomendaciones que estoy segura van a hacer este trance menos traumático para todos:

1. Recorre horarios poco a poco.

Que volver a la hora habitual de sueño y levantada sea un proceso. Por ejemplo, si necesitas que tus hijos estén en la cama a las 8 de la noche pero durante las vacaciones se acostaban a las 10 o 10:30 va a ser muy difícil que de pronto logres que lo hagan temprano. Por un lado porque no van a querer, desvelarse es muy padre para ellos, pero por el otro porque lo más probable es que también se levanten tarde después de una noche más larga. Para lograr que tengan sueño más temprano tienes también que lograr que se levanten más temprano. Ve recorriendo la levantada de 30 minutos en 30 hasta que llegues a la hr habitual de las mañanas. Te aseguro que por la noche será más fácil que al cerrar los ojos caigan rendidos.

2. Cena suficiente, desayuno completo.

Comer bien es la única estrategia para tener energía. Si los niños cenan y desayunan lo que deben te aseguro que tendrán toda la pila para echar el día. Si no cenan bien, en la noche van a tener hambre, sin necesariamente darse cuenta o avisarte y por la mañana les va a costar trabajo despertar. De la misma manera, deben desayunar completo y saludable. Aleja los cereales y panes dulces y ofrécele fruta y algo con proteína (huevo, leche, yogurt, jamón, queso, semillas). Bien cenados y bien desayunados tendrán todo para que el día fluya.

3. Luch adecuado.

Lo que comen en la escuela es fundamental. No mandes dulces, galletas, pan con mermelada, cajeta o nutella que en lugar de darles energía se las quita. Manda fruta, verdura, un sándwich o quesadilla y alguna cosa más. Obviamente, la cantidad depende de las necesidades del niño, su hambre, actividad, horarios, etc. pero nada peor que un mal lunch que no les gusta, se hace feo o los deja con hambre.

4. Volver al agua sola.

Si durante las vacaciones se abrieron los permisos para beber jugos de bote, agua de sabor, refresco o cualquier otra cosa no saludable, este es el momento para regresar al agua sola. Los niños deben llevar a la escuela SIEMPRE agua sola. Además, asegúrate de que durante la tarde beban dos o tres vasos de agua, así garantizas una correcta hidratación que se traducirá en muchísimos beneficios digestivos, emocionales e intelectuales.

5. Retomar las clases extracurriculares la próxima semana.

O en septiembre si hace falta pero no luego luego. Por ahora es suficiente con la levantada y todo lo que implica regresar a la escuela como para retomar las clases de natación, ballet y que se yo. No pasa nada si empiezan la próxima semana y así la energía que tienen que la usen para lo importante y no para la carrera de un lado al otro... o al menos esa es mi idea (¿soy muy barco?)

Así pues, les dejo lo que me parece puede funcionar. Nada está dicho y cada quien conoce a sus hijos y sabe cómo funciona su familia. Esto es lo que aquí se aplica, ¿por qué no me comparten lo que hacen ustedes?

Google News

Noticias según tus intereses