Como papás estamos siempre buscando actividades que enriquezcan la vida de nuestros hijos. La idea de que practiquen un deporte ronda nuestras cabezas desde que los nenes aprenden a caminar. Más, cuando buscamos una clase extra por las tardes que les de lo que a lo mejor en la escuela es insuficiente. Lamentablemente en nuestro país las clases de educación física en pocas ocasiones son buenas.

Ahora bien, en términos de actividad física ¿cuál será la mejor opción para cada uno de nuestros hijos? Obviamente la elección deberá tomar en cuenta la edad y los gustos de cada uno pero hay ciertas consideraciones que como papás pueden ayudarnos a tomar la decisión.

Natación: es un seguro de vida, todos los niños deben saber nadar. Es importante que acudan a una alberca donde los profesores estén certificados y las instalaciones limpias. Si el niño desarrolla el gusto por nadar y decide quedarse y hacer de la natación su deporte, tendrá, además de una gran salud cardiopulmonar, un cuerpo fuerte, largo, poco voluminoso pero muy fuerte. Desarrollará coordinación, disciplina y aprenderá la relación que existe entre esforzarse y obtener resultados. Es una disciplina muy técnica que si no se aprende de pequeño, después es más difícil, los grandes nadadores aprendieron de chiquitos. Si decide competir, aprenderá el valor de estar en un equipo, hacer caso a un coach, respetar a un juez y ser absoluta y totalmente disciplinado.

Ballet o gimnasia: Erróneamente se cree que es una disciplina para mujeres y no, no lo es. En el mundo hay grandes bailarines y gimnastas, aunque ciertamente en nuestro país asisten más mujeres que hombres. Son deportes que ayudarán al niño a desarrollar autocontrol, tolerancia a la frustración y al dolor. Harán que sus músculos se alarguen y sean tonificados, flexibles y potentes. Son disciplinas ideales para los niños y niñas perfeccionistas. Obviamente y como en cualquier deporte, en un principio y en edades tempranas debe ser un juego, más adelante exigirá muchas horas de trabajo. Los profesores se convierten en amigos y guías lo que da al niño seguridad y confianza.

Futbol o deportes de equipo: El gran beneficio es el desarrollo de las habilidades sociales del niño. En México se juega fútbol antes de aprender a caminar, hay niños y niñas que tienen un balón antes de tener un par de zapatos. Además de la salud física que puede dar un deporte de equipo (también hay básquet, voleibol, béisbol) exige disciplina, autocontrol, tolerancia a la frustración y capacidad para trabajar en conjunto. Quien practique en serio cualquier deporte en equipo debe estar dispuesto a ceder el reflector y a seguir instrucciones de sus preparadores físicos. Si decide tomar en serio cualquiera de estas actividades entonces deberá entrenar muchas horas a la semana teniendo que organizar bien su tiempo para que no descuide las labores de la casa y la escuela. Lo que es un hecho es que en cualquier deporte de equipo se forjan, más que atletas, personalidades. Los grandes amigos nacen y mueren en el campo.

Karate o defensa personal: fundamental para niños y niñas. No necesariamente llegarán a niveles competitivos pero cualquier arte marcial ayudará al menor a saber defenderse y conocer de lo que su cuerpo es capaz. Es ideal para los perfeccionistas y tolerantes. Es una disciplina más mental que física que exige simultáneamente tolerancia al dolor y mente analítica. Se debe poder seguir indicaciones pero a la vez tomar decisiones. Si el niño quiere seguirse por este camino su cuerpo se desarrollará con gran capacidad cardiopulmonar, potencia y fuerza. Es muy buena opción para niños que necesitan canalizar enojo o tristeza o que necesitan estructura o autoconfianza.

En fin, sea el deporte que sea, la clave está en que todos, como familia, disfruten y puedan convivir con la clase de los niños. Si a los papás se les complica pagarlo, llevar a los niños, no comulgan con lo que los pequeños hacen o aprenden, no es el deporte adecuado. Puede ser equitación, tenis, atletismo, bici, patinaje normal o sobre hielo, box, hockey, gimnasia rítmica o baile, el chiste es que el niño se active y lo ayude a ser mejor. Poco a poco, conforme vayan pasando los años el niño irá forjando su personalidad y podrá decidir cuál camino quiere seguir. Mientras, como papás lo único que podemos es abrirle los ojos a diferentes posibilidades. Eso sí, el deporte, hasta los 10 o 12 años, debe ser un juego y no un estilo de vida, debe hacerlo para él y no para satisfacer las expectativas de nadie.

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