Ayer me reí (nos reímos y mucho). Llegó una paciente y me contó, como parte de la historia clínica que siempre hago, cuáles son sus hábitos y patrones de alimentación. Estamos tratando de entender qué es lo que la ha hecho subir de peso el último año que, según ella, se ha cuidado.

Después de los antecedentes clínicos, cirugías, consumo de alcohol, tabaco y café comenzamos con lo que se conoce como el “recordatorio de 24hrs”, es decir, una lista de todo lo que ha comido en las últimas 24 horas. Muchas veces es aquí dónde se dan cuenta (y yo me entero) de cómo hacen las cosas y comienzan las justificaciones, las caras de sorpresa, salen los mitos y las costumbres.

Muy feliz me contó que desayuna claras con espinaca y un jugo verde, a media mañana lo que alcanza a picar, quizá un pedazo de queso o una fruta y así llega hasta la hora de la comida. Ahí, sopa de verduras, pollo a la plancha y ensalada. Todo bien. Me lo cuenta y está muy orgullosa.

Esta dieta la armó ella sola con base en las recomendaciones que le han compartido sus amigas o su hermana, lo que ha leído en revistas y lo que le ha quedado de otras dietas con médicos, nutriólogas, etc.

Cuando le pregunto qué come a media tarde me dice que fruta no, que le dijeron que la fruta después de las 5 es lo peor, entonces me dice: “me como unas canelitas o cualquier galleta que me encuentre”.

Se podrán imaginar mi cara. El tiempo se detuvo, abrí los ojos y le dije: “¿ya viste lo que me acabas de decir?”. Sólo ahí se dio cuenta de que ha preferido comer canelitas o unas galletas que fruta, que porque no sé quién le dijo que “fruta después de las 5 es lo peor”.

Habrá quien piense que consumir carbohidratos en la tarde-noche no es lo mejor porque el cuerpo está menos activo y esa energía, mucha y de fácil disposición, no se va a gastar. Quizá tienen un punto que vale la pena analizar, pero de ahí a pensar que una manzana o unas fresas son lo mismo que un paquete de galletas, nada que ver.

Yo soy de la idea, y la ciencia así lo sugiere, de que en todos los tiempos de comida se deben consumir todos los macronutrimentos, es decir: proteínas, carbohidratos y grasas.

Obviamente, la fuente puede cambiar. Un ejemplo de proteína con carbohidrato y grasa es un taco de canasta o un tamal verde y otro es un plato de papaya con queso cottage y almendras o una tortilla de maíz con aguacate y queso blanco. Ambos aportan de todo pero con diferente calidad.

Es lo mismo que pasa en el ejemplo de las canelitas y la fruta. Muy probablemente ella había escuchado que no hay que consumir fruta como parte de esta línea de pensamiento de evitar los carbos en la noche, pero nadie le dijo (y ella no lo pensó) que las galletas con azúcar aportan no sólo más carbos sino de menor calidad.

Yo también comulgo con la idea de que el azúcar refinada, esa de las galletas, esa sí es cosa mala y hay que tratar de evitarla a toda costa, pero no el azúcar de la fruta, esa sólo debe moderarse.

Quizá, si no se quieren consumir carbos, lo que se puede comer como colación a media tarde es una rebanada de queso con aguacate o unas nueces/almendras/pistaches. Otra opción son verduras o gelatina, eso dependerá de los gustos de cada quien.

Lo que es un hecho es que galletas en lugar de fruta, ¡no!

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