Sí y siempre sí

1. Bebe agua. Debe ser la primer cosa del día y la última de la noche. La clave para evitar lesiones es estar hidratado. Si eres de los que hace ejercicio en la mañana, debes bebe agua antes. Si eres de los que entrena en la noche, después. Esto quiere decir beber agua sola al abrir los ojitos y antes de cerrarlos. Puede ser fría o tibia como prefieras; con limón o vinagre de manzana, como quieras pero bebe. Unos 300  ml por vez es suficiente. Claro, durante el día debes mantenerte bien hidratado consumiendo más o menos otros dos litros.

2. Come. Así es, no hay cuerpo que se mantenga de aire ni atleta que lo resista. ¿Quieres hacer ejercicio? ¡Debes comer! Carbohidratos (fruta, pan, papa, arroz, maíz) y proteína (pollo, pescado, carne, huevo). Desde que amanece hasta que anochece, come cada 2 o 3 horas para darle al cuerpo lo que necesita. Serán porciones mas pequeñas pero todo el tiempo. ¿Y la grasa? Durante el día, también en cantidades pequeñas y de origen vegetal (almendras, nueces, pistaches, aceites de oliva o coco y aguacate).

3. Descansa. Esto no significa necesariamente dormir, pero si bajarle el ritmo a la vida por lo menos un día a la semana. Es la única manera que el cuerpo tiene para recuperarse. Si todo el día lo tienes ocupado con miles de actividades además del ejercicio, no podrá atender lo importante y recargar pila. Tienes que dormir lo suficiente y tienes que descansar del ejercicio aunque sea un día a la semana.

No y trata de no

1. Desvelarte y entrenar. Es clásico que sales una noche y crees que de todas maneras vas a aguantar el entrenamiento al día siguiente, por eso pones el despertador y aunque estés peor que trapo, te levantas y te vas al gym. ¡No lo hagas!. Es más el daño que el beneficio para el cuerpo. Conviene más que duermas y hagas tu rutina en la noche o de plano te la saltes.

2. Fumar y beber alcohol. Ambos vicios hacen daño, lo sabemos pero además deshidratan y limitan tu capacidad cardio pulmonar lo que pone en riesgo no sólo tu salud, sino tu vida, cuando haces ejercicio. ¿Quieres ser atleta? Fuera alcohol y tabaco.

3. Suplementarte mal. Y me refiero a llenarte de pastillas, polvos, líquidos y cápsulas que supones que van a hacer lo que tu no haces. Es decir, creer que llenarte de suplementos te va a generar un cuerpo que no tienes porque no haces dieta ni ejercicio. Todos estos productos sirven como opción de continuidad a una dieta correcta y ejercicio adecuados y si no se usan y dosifican correctamente puedes poner en riesgo tu salud. Deben ser recetados por alguien que de verdad le sepa (generalmente esas personas no son ni los entrenadores ni los vendedores de las tiendas sino médicos y nutriólogos especializados en deporte).

Ahora ya lo sabes, lo que si y lo que no, los resultados dependen de ti… #denada

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