Hemos dejado de voltear a ver el cielo, y este siempre nos presenta paisajes hermosos dignos de admirar. Como el día de hoy, 21 de mayo del 2015, en que muchos nos quedamos fascinados con el aro de luz que se dibujó alrededor del sol, el cual en ocasiones pareció un arcoiris en forma circular perfecta, un arcoiris espiral. El sol en el centro, enmarcado por un aro misterioso pero bellísimo daban un espectáculo digno de apreciarse, “ya llegó la hora en que van a bajar por fin los extraterrestres” dijo una señora en el Club en donde me encontraba nadando. Comencé a tomar unas fotos con mi iphone aplicando diversos filtros de luz y las circulé entre mis contactos de whatsapp y en el facebook, no tardaron en llegar las expresiones de admiración, “parece que un gran útero o mujer embarazada”, “parece un óvulo a punto de fecundarse”, “qué maravilla”, escribieron algunas personas. 

Hemos olvidado de voltear a ver el cielo, tanto en el día como en la noche, y siempre nos presenta oportunidades para maravillarnos de la creación, Dios, el universo, la naturaleza. Lo grandes o lo micro que somos, lo afortunados o lo insignificantes que somos. 

En el pasado teníamos la NECESIDAD de ver al cielo todo el tiempo. No cargábamos con reloj y la posición del sol o la luna nos daban el tiempo. No teníamos calendarios y en el cielo buscábamos las señales para sembrar o cosechar. No existían equipos de ultrasonido ni partos inducidos y la luna nos daba indicios de los días posibles de nacimiento de nuestras crías. En el pasado creíamos en la fuerza de la luna sobre las emociones humanas y en sus fases nos basábamos para predecir las emociones de otros y las nuestras. Que por cierto, esto está científicamente probado, pero nadie nos lo enseña en la escuela. Por ejemplo, la luna llena pasada, del 3 al 4 de mayo, hubo luna llena y tuvo efectos poderosos sobre el planeta, por ejemplo, las aguas del pacífico subieron tanto que llegaron hasta las albercas en los hoteles de Acapulco. 

En el pasado buscábamos en el cielo a Dios o los dioses, mientras que ahora, para muchos, se ha monopolizado el espacio de Dios en lugares religiosos. Lo cierto es que Dios está dentro de nosotros y en todo lo que nos rodea. En épocas pasadas se planeaban movimientos estratégicos como el inicio de construcciones o invasiones a partir de la ubicación de los astros. Antes, se bautizaban los niños y se predecía su destino a partir de las constelaciones que predominaban por sobre la tierra justo en su nacimiento. Los poetas se inspiraban en la bóveda celeste para escribir sus versos. Bueno, hasta la cruza de animales, y también de seres humanos en algunas culturas, se efectuaba dictado por la posición de los astros. 

Hoy, pocos voltean a ver al cielo, ya sea por que la contaminación nos ha desmotivado para hacerlo, porque ya no existe necesidad como tal o porque simplemente no sabemos interpretar lo que sucede allá arriba. 

Pero, lo cierto, es que no necesitas buscar nada para voltear al cielo, con que busques sentir GRATITUD por estar vivo, y sorprenderte por los espectáculos que el cielo da, deberías de dirigir más tus ojos hacia arriba, así como ir a lugares en la naturaleza despejados que te permitan ver con claridad las estrellas y su tintilar. 

Nos quejamos que no tenemos suficiente naturaleza cerca de nosotros, que han arrancado los árboles para construir vías, casas y edificios, que no hay lagos limpios o puros en la ciudad, que los pajaritos ya no se posan en las bardas de nuestras casas y que las ardillas ya se fueron de los parques, pero tenemos un cielo hermoso que en muchas ocasiones nos ofrece espectáculos maravillosos (gratis) y no lo aprovechamos… 

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