La película "Los 33" nos recuerda un caso dramático donde confluyen la tragedia impredecible provocada por la naturaleza y la irresponsabilidad de muchas empresas dedicadas a la minería, así como de otras que operan otros giros comerciales, donde por un ahorro malentendido, no se siguen las reglas de seguridad.

El derrumbe de la mina San José , que dejó atrapados a 33 mineros, -durante 70 días-, se produjo el jueves 5 de agosto de 2010. Este acontecimiento sucedido cerca  de la ciudad chilena de Copiapó hubiese terminado en tragedia de no haber surgido un líder que asumió la
responsabilidad de velar por sus compañeros a 700 metros bajo tierra, -de nombre Mario Sepúlveda-, y un funcionario público, el secretario de minas del gobierno chileno, Laurence Golborne.

Éste, contra todas las reticencias y escollos que encontró a su rededor, -y que hubiesen concluido con el abandono de estos trabajadores y su muerte-, decidió rescatarlos al precio que fuera.

Estos dos personajes, los protagonistas de la vida real, -Sepúlveda y Golborne-, asumieron un liderazgo, -cada uno de ellos dos en el rol que las circunstancias le determinaron-, lo cual permitió salvar a la totalidad de los mineros atrapados.

Para nosotros los mexicanos esta historia cobra especial significación por las similitudes de las circunstancias con el derrumbe de la mina Pasta De Conchos, en la región Nueva Rosita, Coahuila ocurrida  el 19 de febrero de 2006 donde colapsaron varios túneles y dejaron atrapados a 65 trabajadores, quienes murieron.

Sin embargo, los trabajadores de Pasta de Conchos desde tiempo atrás se habían quejado de alta concentración de gas metano, muy por encima de los estándares aceptados internacionalmente, lo cual impactó en esta tragedia.

De igual modo en la mina chilena San José ya se había avisado a la empresa que desde tiempo atrás había movimientos geológicos que provocaban grietas, lo cual podría derivar en derrumbes, tal cual sucedió.

En ambos casos, en Chile y en México la irresponsabilidad de los funcionarios de las empresas mineras que desestimaron los avisos de riesgo, fue causante de la tragedia. Aquí Grupo México y allá San Esteban Primera S.A.

Esta película, construida con los relatos de los mineros chilenos, rescata la historia real y la recrea.

La historia de la vida de esos mineros atrapados en el refugio permite conocer a fondo las características del liderazgo de Mario Sepúlveda, quien logró desactivar el conflicto que empezó a darse entre los cautivos, quienes ante el temor de la muerte empezaron a confrontarse por apropiarse de los pocos alimentos que estaban en el refugio.

Mario logró convencerlos que debían repartirse equitativamente y que debía hacerlos durar lo más posible para dar tiempo a que si hubiese una labor de rescate, estuviesen vivos. De este modo adquirió autoridad moral y se convirtió en el administrador de las pocas provisiones y su distribuidor, unas cuantas latas de atún, unos pocos paquetes de galletas y lo mínimo de
líquido.

Su determinación de que no debían darse por vencidos y luchar por sobrevivir fue fundamental para infundir en todos el ánimo necesario para luchar contra la adversidad.

Una gran historia de liderazgo con autoridad moral, que describe el modo en que un hombre fuerte emocionalmente, Mario Sepúlveda, puede influir en quienes le rodean y guiarlos hacia un objetivo común, que era sobrevivir lo más posible.

Por otra parte destaca el sentido de responsabilidad del ministro Golborne, quien dejando de lado los intereses políticos, de forma solidaria asumió su compromiso y luchó contra quienes sugerían no generar expectativas y asumir la muerte de los mineros como un hecho contundente y consumado.

Sin embargo, a través de este rescate logró unir a todo el país en esta causa solidaria, donde el primero que estuvo presente fue el presidente Sebastián Piñera.

Esta es una historia didáctida de liderazgo político. 
Película mexicana y chilena con excelente reparto.

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