Muchos llaman a la marihuana, peyote, ayahuasca y otras sustancias  “drogas naturales” porque no contienen químicos y de cierta manera sí lo son. Sin embargo tanto las químicas como las sustancias  “orgánicas” proveen al consumidor estados alterados de conciencia, lo que los hace “artificiales” al fin y al cabo.

Las drogas son lo que son porque generan  estados alterados de ánimo y conciencia y en la mayoría de los casos  le proveen al consumidor un bienestar, al menos por un tiempo  antes de que aparezca la adicción y dependencia.   Todas las drogas tienen un periodo de buen servicio, además  cada vez hay más surtido,  combinaciones y potencias, incluidas las  que no contienen químicos, las que sí  y las de diseño.  El problema es que eventualmente cambiarán la química cerebral y ese servicio y placer se convertirá en necesidad y compulsión.

El mercado  va en aumento a pasos de gigante, la edad de inicio se va recorriendo y cada día hay más vacíos existenciales que pretenden llenarlos con bienestares artificiales aunque en muchos casos eso mismo les cueste la vida. Todo sería maravilloso si las drogas no causaran adicción. Pero sí la causan y este trastorno de la conducta genera destrucción seguido de muchas  pérdidas para los que lo sufren y para las personas de su entorno.

Hay muchas maneras de generarse bienestar y estados  alterados naturales, no porque no contengan químicos sino porque es a través de sustancias (hormonas o neurotransmisores) que genera nuestro cuerpo de manera natural.

Las endorfinas, cito textual a Wikipedia,   son péptidos opioides endógenos que funcionan como neurotransmisores. Son producidos por la glándula pituitaria y el hipotálamo en vertebrados durante la excitación, el dolor, el consumo de alimentos picantes, chocolate, el enamoramiento y el orgasmo. Son similares a los opiáceos en cuanto al efecto analgésico y de bienestar.

Una manera  de generar endorfinas también es a través del ejercicio físico, no siempre tiene que ser vigoroso pero sí que te genere cierto esfuerzo. No todas las veces que haces ejercicio vas a tener el mismo efecto  de bienestar, de eso depende mucho el biorritmo y el tipo de actividad, pero sí es un hecho que con  la constancia  el humor cambia. Es más difícil que algo te ponga de mal humor, crece tu autoestima y efectivamente te sientes mejor contigo y el entorno.

Buscar el bienestar afuera puede funcionar por cierto tiempo, pero principalmente  debes saber de los riesgos que te puede traer, en particular el consumo de drogas para sentirte mejor. Es mejor tener alternativas que no te generen una dependencia física y sobre todo que no te causen una locura y descontrol emocional.   Por experiencia propia, puede decir que el high de cualquier droga jamás superará la sensación de bienestar que proveen las endorfinas después de una buena sesión de ejercicio.  Es mejor buscar el bienestar en recursos propios a través de herramientas propias y no depender de sustancias que por más orgánicas que sean nunca serán procesadas con certeza de seguridad  en el cuerpo.

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