En fechas recientes escuchamos declaraciones de un diputado local diciendo: “Hay ocasiones en que cuando se publican las encuestas de percepción en las entidades del país, indican que Tabasco es el lugar más inseguro, pero la realidad es otra de lo que en esos reportes indican. Yo creo que están exagerando en la percepción en materia de seguridad”. Y continúa: “Hay otros estados que están peor que Tabasco”.

Villahermosa es capital del estado de Tabasco, ciudad ubicada en el municipio del Centro, y que concentra aproximadamente el 29% de la población, siendo el corazón económico y financiero, pero también el centro de la inseguridad de Tabasco.

En días pasados fueron publicados los datos de la Encuesta Nacional de Seguridad Pública Urbana (ENSU) correspondiente al primer trimestre 2017, señalando a Villahermosa como la segunda ciudad más insegura del país, donde 93.4% de los habitantes mayores de 18 años afirman sentirse inseguros.

Al tomar como referencia los lugares públicos donde los ciudadanos manifiestan sentir mayor inseguridad (según encuesta ENSU) como: cajeros automáticos, transporte público y banco, encontramos que los habitantes de esta ciudad perciben sus calles como las más peligrosas del país, y ¿puede uno sentirse seguro caminando en las calles de Villahermosa cuando la entidad en el análisis de 2016 y los primeros tres meses del presente año ocupa primer lugar nacional en tasa por 100 mil habitantes en robo con violencia, robo a transeúnte, negocio; segundo en homicidio culposo, secuestro, extorsión, lesiones?

De los delitos anteriormente mencionados tenemos que el municipio de Centro tanto en 2016 como el primer trimestre de 2017 focaliza más del 40% de los homicidios, robos y lesiones, el 75% en de robo a negocio y 65% de las carpetas iniciadas por extorsión. Además, reporta las tasas de robo con violencia, a transeúnte, extorsión y robo a negocio superiores a la nacional en 285.89, 680.62, 536 y 702.94%, respectivamente.

¿Exageramos los habitantes de Villahermosa al sentirnos inseguros?

Cierto es que quizá en algunas entidades exista mayor problemática en algunos delitos, pero esta justificación no exenta que las autoridades actuales provean las condiciones necesarias de seguridad, pues llevan años repitiendo los mismos discursos en donde se plantean nuevas estrategias, que van desde controlar la seguridad mediante drones, conformación de grupos de whatsapp, así como la atracción de fuerzas federales, obteniendo los mismo resultados: los homicidios, lesiones, secuestros, extorsiones, robos y violaciones continúan incrementándose.

Son más de cuatro años de la presente administración y observamos autoridades locales preocupadas más en intentar evadir, justificar y responsabilizar a la autoridad federal, que atender y resolver la seguridad en el municipio y el estado. La violencia se mantiene vigente y lejos de existir una mejora, se incrementan los índices al comparar las tasas respecto al mismo periodo anterior, de continuar esta tendencia, 2017 será uno de los años más violentos e inseguros para Tabasco.

Por otro lado, pareciera que los habitantes de Villahermosa nos estamos resignando a vivir con miedo, pues con datos de le encuesta ENSU del año pasado correspondiente a los primeros tres meses, 89.7% manifestaron temor de vivir en esta ciudad, ocupando en ese periodo, el primer lugar como la ciudad más insegura del país, (recordemos que para el presente año creció a 93.4%). Estos datos se han venido reflejando en el entorno social de los ciudadanos, ya que muchos han optado por modificar su estilo de vida cerrando calles y controlando el acceso en sus colonias, contratando personal de seguridad, dejando de salir de sus casas después de ciertas horas en la noche o relocalizando sus hogares a ciudades consideradas más seguras (Mérida es un ejemplo).

Pero quienes han decidido continuar en esta ciudad o no tienen las posibilidades o recursos para realizar lo anterior, se ven en la necesidad de correr los riesgos de vivir bajo estas condiciones. Detalle que a nuestras autoridades parece no importarles, pues no hay un ejercicio autocritico que permita cuestionar si las estrategias gubernamentales implementadas están dando resultados; tampoco se ocupan en mejorar el sistema de aplicación de justicia; y mucho menos en buscar y trabajar en las posibles causas que provocan la mayoría de estos delitos, como es la posible relación  entre alta tasa de robos y la mayor tasa de desempleo en el país.

Ante esto, ¿qué otra alternativa tenemos? como ciudadanos y sociedad nos queda una opción: involucrarnos para que por medio de la participación activa construyamos contrapesos capaces de convertirse en órganos vigilantes de las instituciones encargadas de la seguridad y procuración de justicia, pues de esta manera, sabiéndose observados se verán orillados a ser más efectivos y eficientes. Nuestras familias y nuestros hijos bien merecen el esfuerzo.

Julia Arrivillaga.

Directora de Análisis y Estadística.

Observatorio Ciudadano Tabasco.

@jarrivillaga @octabasco @ObsNalCiudadano

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