José Ángel Fernández Hernández

Mientras las principales fuerzas políticas de Veracruz disputan sus intereses y aversiones personales en el ámbito de lo público, la población de la entidad padece un problema de violencia que comienza a verse reflejada en las estadísticas oficiales de homicidio doloso.

En los últimos meses hemos visto y escuchado tanto el desastre político como el financiero en el que se encuentra Veracruz. Los problemas que parecían ser de alcance doméstico cobraron resonancia nacional cuando se acercaban las elecciones para gobernador, situación que no debería extrañarnos,  pues las principales fuerzas políticas locales estaban interesadas en capitalizar cualquier debilidad del adversario dándola a conocer en los medios de comunicación.

Sin embargo, una vez terminada la elección, y presentarse por primera ocasión una alternancia política, los acuerdos para llevar a cabo una transición de gobierno estable no han llegado.  Por el contrario, las diferencias entre los actores políticos salientes y entrantes se han agudizado y en este  contexto la violencia en territorio veracruzano se ha intensificado a niveles difícilmente vistos con anterioridad, sin que nadie con capacidad de decisión priorice el problema para ser atendido.

En los últimos años, Veracruz se había caracterizado por tener niveles poco sobresalientes en términos de incidencia delictiva, de acuerdo con las cifras oficiales [1]. Sin embargo, en los últimos meses, un número significativo de  eventos violentos ocurridos en distintas latitudes de la entidad indican que las relaciones de convivencia se han deteriorado y que las cifras delictivas se ajustan más con la percepción de inseguridad.

En 2014, un año previo a la definición de candidatos a la gubernatura, la entidad no mostraba problemas graves de violencia de acuerdo con las cifras del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP). En los primeros siete meses del año, Veracruz acumulaba 305 homicidios intencionales, aportando sólo el 3.27% de la denuncia de todo el país, una cifra que lo colocaba en el lugar número 13 a nivel nacional. En este periodo en promedio se registraron mensualmente 43.57 homicidios dolosos, siendo la cifra más baja la de la enero con 26 casos, mientras que la mayor se registró en abril con 60.

En términos por cada 100 mil habitantes, el indicador fue más benevolente con la entidad, pues su tasa acumulada de averiguaciones previas en los primeros siete meses del 2014 era de 3.82 casos, con lo cual la entidad se ubicó en el lugar número 23 a nivel nacional, muy por debajo de lo registrado a nivel nacional (7.78). En ese año, las entidades de Guerrero (25.23), Sinaloa (20.99) y Chihuahua (17. 94)

Para 2015, la violencia homicida presentó una reducción en términos absolutos, pues de enero a julio las denuncias por este delito fueron 279, lo cual representa una reducción de 8.52% respecto al mismo periodo del año previo, con estas cifras Veracruz se mantuvo en lugar 13. En promedio, durante estos siete meses, el registro fue de 39.86 casos, mientras que el número más bajo fue en enero con 30 y en  julio reportó el mayor nivel con 58. Lo relevante de estos datos es que mientras en el ámbito nacional se registró un incremento (3.18%), las condiciones de Veracruz iban en dirección opuesta.

En tasas por cada 100 mil habitantes, los homicidios dolosos de la entidad en los primeros siete meses de 2015 fue de 3.47, cifra también menor que la del periodo del año anterior y que colocó a la entidad en la posición número 27 y muy por debajo del registro nacional (7.94). En este periodo se observó que Guerrero (31.44), Sinaloa (19.06) y Chihuahua (16.09) continuaron ocupando los primeros lugares, respectivamente.

Dicho comportamiento no se ha mantenido constante pues la violencia ha cambiado durante 2016, ya que esta ha crecido de forma preocupante en Veracruz. Mientras los actores políticos disputaban los puestos públicos, en distintas regiones de la entidad, los veracruzanos han sido testigos y afectados por la aparición y/o localización de fosas clandestinas, la participación de cuerpos de seguridad en desapariciones forzadas y homicidios múltiples en localidades en donde nunca se había visto este tipo de expresiones violentas y delincuenciales.

De acuerdo al SESNSP, entre enero y julio en Veracruz se han contabilizado 537 averiguaciones previas, una cifra que resulta muy preocupante, pues es casi el doble (92.47%) de lo que registraba en mismo periodo del año 2015, con lo cual se convierte en la segunda entidad con mayor crecimiento de las denuncias, tan sólo detrás de Colima en donde los homicidios dolosos se han cuadriplicado  (397.1%). Al concluir los primeros siete meses de 2016 el registro acumulado de Veracruz lo coloca en el  lugar 8 a nivel nacional, promediando 76.7  homicidios dolosos al mes y alcanzando su menor nivel en marzo con 52 y el máximo en julio con 132.

En términos de tasas de averiguaciones previas por cada 100 mil habitantes, la tasa acumulada  en el estado es de 6.62 casos, colocándose en la posición número 18 a nivel nacional, aunque  sigue inferior a la de todo el país (9.21). En este periodo se observó que Colima (45.94), Guerrero (35.31), y Sinaloa (20.1) ocupando los primeros lugares, respectivamente.

Los anteriores datos indican que los futuros meses del año para Veracruz se vislumbran con altos niveles de violencia homicida, sobre todo porque los responsables de tomar las decisiones en la materia siguen ocupando gran parte de sus energías en lanzar acusaciones que no generar un beneficio a la población. Un primer paso para encontrar una solución es privilegiar las necesidades de la generalidad sobre las personales. Los actores políticos veracruzanos deben darse cuenta que lo acontecido en entidades como Zacatecas, Colima y Baja California, en donde los homicidios dolosos han crecido en forma exponencial y no se han encontrado soluciones, pueden ser escenarios que se puedan replicar en la entidad y que una vez bien instalada la violencia homicida será muy complicado controlarla.

[1] A excepción de secuestro en donde Veracruz figuraba en los primeros lugares a nivel nacional.

José Ángel Fernández Hernández

Coordinador de la Red Nacional de Observatorios Locales

@DonJAngel @ObsNalciudadano

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