La cultura de la legalidad es aquella que se define como la forma en cómo se adecuan las relaciones de los actores sociales ente la ley. Es decir, la convivencia social sólo es importante en tanto se entienda que el respeto a la ley, sirve para relacionarnos con las instituciones y sobre todo, para convivir entre iguales.

Al respecto, El Informe país sobre la calidad de la ciudadanía en México, publicado por el Instituto Federal Electoral (ahora Instituto Nacional Electoral) y El Colegio de México en junio del 2014 brinda datos reveladores sobre las carencias y áreas en las cuales es impostergable actuar. El nivel de desconfianza en el que se encuentra la sociedad mexicana es enorme, lo cual nos lleva a pensar inmediatamente en el retrato que los mexicanos tienen de su país, cómo interactúan en él y con los otros.

Por lo cual es menester apostar por la herramienta cultural, como clave de derechos humanos y de garantizar procesos democráticos que garanticen concientizar a la ciudadanía de que el respeto a las normas y leyes deviene en una mejor forma de convivencia social, y al mismo tiempo que promueva y permita la participación de los ciudadanos. En este sentido, es posible afirmar que la ciudadanía atraviesa por un proceso de constitución caracterizado por la desconfianza entre las personas y de éstas hacia las autoridades, especialmente de aquellas encargadas de la procuración y aplicación de la justicia.

Uno de los datos más importantes es el de confianza interpersonal e institucional, ya que muestra que el nivel de desconfianza entre las personas es muy significativo. A nivel nacional, poco más del 70% respondió que no se puede confiar en la mayoría de las personas, mientras que sólo el 28% declaró que sí se puede confiar en la mayoría de las personas.

Los datos sobre la confianza en las Instituciones revelan una situación preocupante, ya que sólo la Iglesia, los maestros y el ejército superan el 50% de la confianza, mientras que las demás instituciones consideradas no superan el 50%, lo que habla de la precariedad democrática, ya que no existe democracia sin instituciones que procuren y garanticen el ejercicio de la ciudadanía.

Otro dato sobresaliente es el que tiene que ver con confianza en la democracia. Este nos dice que el 53% de la ciudadanía prefiere la democracia a cualquier otra forma de gobierno, sin embargo, al mismo tiempo hay un 41% de personas que no están convencidas de las cualidades de la democracia.

En la cultura de la legalidad el estudio arroja otro dato preocupante, ya que la mayoría de los encuestados consideró que la ley se respeta poco o nada. El cumplimiento y respeto de la ley se encuentra relacionado a la percepción que los ciudadanos tienen sobre el sistema de justicia, y es uno de los indicadores más claros que nos dice si un Estado de Derecho es eficaz o no.

Estos índices sobre la confianza institucional y la calidad de la ciudadanía se materializan en un contexto complicado para la consolidación de la democracia, ya que ésta depende de la institucionalización en donde caben instituciones de todo tipo, ya sean las del Estado o aquellas de carácter lúdico u otras con compromisos políticos. Bajo el entendido de que la comunidad es una forma social organizada en relación con normas de confianza interpersonal, resalta la poca participación de los mexicanos en esfuerzos colectivos para solucionar problemas públicos.

La deslegitimación del Estado, se agrava debido a múltiples factores que perjudican la relación de la ciudadanía con las instituciones, tales como el aumento de la pobreza, el uso corrupto y abusivo de los aparatos de justicia, la desigualdad, la falta de representatividad política, la falta de oportunidades para los jóvenes, el desempleo, entre otras; lo cual crea las condiciones apropiadas para la aparición de nuevas formas de violencia y criminalidad que abonan a que la percepción social identifique altos grados de inseguridad y deslegitimación del Estado y de la democracia.

Regenerar el tejido social, fortalecer las instituciones, legitimar al Estado, promover la construcción de una ciudadanía responsable, crear instituciones que respeten los derechos humanos y apuntalar la democracia como forma de gobierno es sin duda, una labor de largo plazo y representa un objetivo irrenunciable.

Vania Pérez Morales

Investigadora ONC

@ObsNalCiudadano @vaniadelbien

Instituto Federal Electoral y El Colegio de México, El Informe país sobre la calidad de la ciudadanía en México, México, 2014 en

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