Quien pensaba que no iba a haber incertidumbre, golpes de timón y movimientos erráticos, solo eche un vistazo a los primeros 15 días de la administración Trump. Sugiero abróchese los cinturones porque esto apenas comienza. En efecto, en una primera impresión, Trump entra a la Casa Blanca con todo. Expide órdenes ejecutivas, emite tuits, amenaza a México, a China, interrumpe una llamada con el primer ministro australiano –no hay mayor aliado militar que Australia para EU- se lanza contra medios y contra todos los que no están a su favor. La cosa es que sus embestidas también han sido muy veloces en despertar las fuerzas en su contra. Estas fuerzas tienen muchas caras, se ubican dentro y se ubican fuera de EU. Muchos actores permanecían a la expectativa para tratar de entender hasta qué punto Trump realmente iba a cumplir con lo que había prometido. Hay otros que siguen expectantes y se encuentran en una fase de medir el terreno. Otros, ya han empezado a activar su poderío. Así, estamos apenas empezando a ver cómo algunos de los conflictos resultantes se empiezan a asomar. Como lo explico en el blog de hoy, Trump va a tener que pelear en muy distintos frentes. El desenlace de sus guerras va a depender de su capacidad de mantenerse firme en todos estos frentes a la vez, de las respuestas de los muchos actores que se le estarán enfrentando (en EU y afuera), y el impacto que estos escenarios conflictivos tendrán en su base de apoyo hacia el futuro.

Al interior

Han empezado a asomarse las caras del enfrentamiento que Trump va a tener al menos con:

  • Poder legislativo. Hasta ahora, básicamente el conflicto se ha manifestado con los demócratas y con un reducido número de republicanos, pero en la medida en que las políticas de Trump vayan contraviniendo determinados intereses, y en la medida en que se acerquen las elecciones legislativas del 2018, el conflicto podría intensificarse también con una mayor cantidad de legisladores de su propio partido.
  • Poder judicial. Lo que ha sucedido a lo largo de estos días es algo que iremos viendo con una frecuencia a la que no estamos acostumbrados. Vamos a ver a cortes locales y federales emitiendo fallos bloqueando determinadas disposiciones de la Casa Blanca y vamos a ver a la Casa Blanca apelando y peleando con todo lo que tiene. Seguramente la Suprema Corte estará muy ocupada en estos años.
  • Su gabinete. La guerra por influir en el presidente ya ha iniciado. Se puede detectar un conflicto entre las dos personas consideradas con mayor capacidad de influencia en Trump: su yerno, Jared Kushner y su consejero más cercano Stephen Bannon. Pero estos choques se van a observar también continuamente entre otros miembros del gabinete con Bannon, con Kushner, o entre ellos, y entre el propio presidente y sus subalternos. Solo revise usted el récord de despidos que tuvo Trump durante su campaña. No se extrañe si los despidos en esta fase inician pronto.
  • Agencias, secretarías y dependencias del gobierno. Para entender a qué me refiero, considere la carta emitida por más de 1000 miembros del Departamento de Estado protestando las políticas de Trump, la renuncia de miembros del servicio exterior de carrera, o bien, los conflictos que se han presentado entre Trump y sus agencias de inteligencia. Son solo ejemplos en estos 15 días.
  • Gobiernos estatales y locales. Como ya se ha visto, muchos políticos van a aprovechar el sentimiento anti-Trump que existe en algunas de sus comunidades, y tratarán de liderar la lucha. Usarán las facultades que tienen y buscarán posicionarse como los defensores de los más vulnerables por las políticas de la Casa Blanca. Funcionarios de distintos niveles de gobierno ya han iniciado demandas en contra del gobierno federal. Algunas de esas demandas ya han prosperado en resoluciones judiciales que suspenden, si bien provisionalmente, las medidas de Trump.
  • Medios de comunicación. El conflicto entre un importante sector de los medios y Trump existe desde el inicio de su campaña. Con el tiempo, este conflicto se ha intensificado, y así seguirá. Ya su consejero especial, Bannon, indicó que los medios son el verdadero partido de oposición. Esto puede derivar no solo en la guerra discursiva que hemos atestiguado, sino también en conflictos legales que seguramente se irán incrementando.
  • Empresas. A pesar de que ya hemos visto una cantidad de empresas que han elegido no chocar con el presidente, vamos a ver que una parte del sector privado, la que resulte más afectada por las medidas proteccionistas o por los conflictos con países que son socios comerciales de EU, también va a desplegar su músculo en la persecución de sus intereses. Esto puede incluir desde el lanzamiento de recursos legales, hasta medidas económicas y comerciales que busquen demostrar que las propuestas de Trump podrían dañar más que beneficiar.
  • Sociedad civil. Es importante entender que, en EU, existe una sociedad enormemente activa y organizada. Parte de esa sociedad civil sale a las calles buscando ejercer presión (y apenas hemos empezado). Otra parte, lleva ya meses estudiando las vías legales para detener algunas de las medidas ejecutivas de Trump. A esa parte ya la vimos actuar en estos 15 días lanzando procesos legales contra la Casa Blanca, algunos de los que han resultado en fallos que suspenden la orden anti-inmigratoria de Trump.

Hay más, pero me detengo acá por razones de espacio y para al menos mencionar la parte externa.

Al exterior

Al exterior, algunos de los conflictos que se verán, incluyen:

  • Potencias rivales como China, Rusia, y las alianzas que estos países puedan ir estableciendo entre ellos o con países que se encuentren enfrentados a EU. Es verdad que Trump ha propuesto acercar sus relaciones con Moscú, pero hay toda una serie de temas que apuntan hacia una dirección distinta. En este artículo enumero algunas de ellas: http://eluni.mx/2juZSr4. Por lo pronto, en estas dos semanas ya vimos a Irán lanzando pruebas con misiles balísticos (desafiando con ello a las resoluciones del Consejo de Seguridad de la ONU) ante lo cual, Rusia no solo no se posiciona en contra de Teherán, sino que le ofrece su asistencia nuclear, al mismo tiempo que se reactivan los enfrentamientos en Ucrania entre el gobierno apoyado por Occidente y la rebelión separatista apoyada por el Kremlin. Importante mencionar que en este panorama Turquía, un miembro de la OTAN, está colaborando con el bloque Moscú-Teherán-Beijing y no con Washington. Por último, estos conflictos tienen también su cara comercial, sobre todo entre Washington y Beijing.
  • Conflictos con actores no estatales como ISIS y como Al Qaeda. Varios reportes emitidos en la semana indican que esta administración está reorientando su lucha contra el terrorismo nuevamente hacia Al Qaeda. Ya en mi texto del sábado abordé una parte de estos temas (http://eluni.mx/2l8GQXB) y más adelante lo seguiré haciendo. Lo importante a resaltar es que ISIS está muy lejos de morir. Si bien su matriz en Siria e Irak ha sufrido enormes reveses, sus operaciones terroristas en 28 países se van a intensificar. A esto habrá que sumar, en efecto, que Al Qaeda se ha reagrupado a través de varias de sus filiales. Así que las amenazas podrían llegar desde muy distintos puntos ante un presidente que ha prometido “erradicar al terrorismo de la faz de la Tierra”.
  • Conflictos con Europa. En estas primeras semanas ya observamos declaraciones y reuniones de altos mandatarios europeos que buscan establecer un frente común ante lo que conciben como “la amenaza de Trump en la Casa Blanca”. Los conflictos con Europa se pueden manifestar tanto en lo político-diplomático y geopolítico, como en lo comercial con países como Alemania.
  • Conflictos con otros aliados como México y países latinoamericanos. De este último tema no necesito escribir más de lo que ya supimos en las últimas semanas. Solo agregar que para Trump, este es solo un frente más en medio de todos los frentes que describo, y que, si bien fue uno de los primeros en salir a la luz, para Trump, esta cuestión poco a poco se irá mezclando con las otras. Por ejemplo, cuando se hable del financiamiento del muro, se va a tener que poner sobre la mesa no solo ese rubro, sino las otras muchas áreas para las que Trump va a necesitar cantidades billonarias de recursos.
  • Conflictos con organismos internacionales. Desde temas como los derechos humanos, hasta cuestiones políticas, económicas, financieras y comerciales, estamos ya viendo cómo es que este frente se abre con velocidad. Seremos testigos de toda clase de situaciones. Por ejemplo, el desafío de la Casa Blanca a las disposiciones de la Organización Mundial de Comercio, de la que EU, obviamente, es parte…hasta ahora. O bien, veremos conflictos en otros ámbitos como, por ejemplo, demandas en asuntos migratorios. No es que Trump esté demasiado preocupado por estas demandas, sino el efecto que este otro frente puede tener en la capacidad de la superpotencia para ejercer influencia a favor de sus intereses en asuntos interconectados (aunque Trump no los vea).

Aprender a evaluar los efectos de esos conflictos

En fin, hay muchos otros temas. He señalado solo algunos. Lo importante acá va a ser dar el seguimiento adecuado a cada uno de ellos, tratar de comprender cómo va a hacer la Casa Blanca para ir peleando en todos esos frentes de manera paralela, los efectos que se irán produciendo por la lucha de esos conflictos –es decir, entender si las propuestas de Trump terminan prevaleciendo, si son derrotadas, o cuales son las alternativas que elige Washington para seguir adelante con los planes de su nuevo presidente- y cómo es que todo ello impacta en la generación de resultados palpables para sus bases de apoyo, tanto en lo económico como en lo político.

Por ejemplo, si sus medidas anti-inmigratorias terminasen siendo bloqueadas definitivamente, ¿qué clase de efectos va eso a tener en la gente que hoy favorece al presidente? O, por ejemplo, si sus guerras comerciales terminan impactando en los precios a los consumidores, ¿qué efecto tendrá ello entre sus seguidores? ¿Le seguirán creyendo a su discurso que seguramente culpará a las fuerzas externas de sus potenciales resultados negativos? O, al revés, ¿qué pasaría si sus medidas económico-comerciales son exitosas, generan crecimiento económico y elevan el empleo a nivel interno? ¿Será que su base de apoyo podría crecer?

Dejo ahí algunas de esas preguntas que muchos de nosotros tendremos que ir valorando en los tiempos que siguen. ¿Usted cómo lo ve?

Twitter: @maurimm

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