Primero, bienvenido de nuevo a tu país. Sabemos que es el mismo que tuviste que abandonar por falta de oportunidades. También estamos al corriente de que durante tus años fuera, trabajaste duro, respetaste las leyes y, en la mayoría de los casos, enviaste puntualmente dinero a quienes se quedaron. Algunos de tus hijos y tus sobrinos son ciudadanos de los Estados Unidos, aprendieron inglés como primera lengua, acudieron a la escuela, practicaron deportes y se acostumbraron a un modo de vida distinto a los nuestros.

Desde hace varios años (muchos, esto no es nuevo) viviste con el miedo cotidiano de ser deportado por falta de papeles; incluso es posible que alguno de tus hijos fuera parte de ese formidable movimiento de “soñadores” que forzó al gobierno estadounidense anterior a reconocer su permanencia gracias al DACA. Hoy, hasta esa conquista está en riesgo.

En medio de esta súbita “urgencia” de nuestra clase política (más o menos la misma que dejaste cuando te fuiste) por abrirte los brazos en cuanto aterrices en uno de los vuelos semanales que llegan a la Ciudad de México o en los puntos fronterizos, algunas organizaciones de la sociedad civil tenemos una propuesta para ustedes; estamos conscientes que no se marcharon por gusto y que tampoco tienen interés en quedarse en el país al que se desacostumbraron (lo que comprueba que la corrupción y la falta de respeto a la ley, no son parte de nuestra cultura) y menos cuando el deterioro institucional y el dominio del crimen organizado en varios estados dan una peor cara del país que la que tenía al momento en que decidieron irse.

Nuestra propuesta es recuperar a los miles de mujeres y hombres que se formaron gracias a los Estados Unidos y aprovecharlos para que no tengan que salir de nuevo (a menos que sea su deseo). Hace dos semanas lanzamos 10 primeras acciones que están disponibles en  para ayudar en cuanto arriben a la Ciudad de México y a 14 estados de la República; pero no serán las únicas. Estamos formando una red de empresas, instituciones públicas, privadas y organizaciones que les permitirán acreditar sus habilidades, sus estudios, conseguir un empleo formal y obtener documentos oficiales de identidad. Esa misma red ayudará a cualquier otra persona que se haya quedado y busque una oportunidad.

Nuestra idea es que ustedes son un tesoro que podemos recuperar para edificar un país nuevo y mejor, ése en el que soñamos vivir. Si algo podemos agradecer, es precisamente la oportunidad de cambiar a México juntos, ustedes y nosotros, como siempre debió haber sido.

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