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Zacatecas es una bella ciudad que se ha convertido en un destino que maravilla a turistas nacionales y extranjeros debido a sus encantadoras calles y místicos callejones, entre los que destacan las fachadas decoradas de cantera rosa. El nombre de Zacatecas proviene del náhuatl y significa “lugar donde abunda el zacate”.
Desde sus orígenes, el estado de Zacatecas, ha sido respetado y valorado por la producción de minerales y debido a esta actividad se llevó a cabo su fundación. Tal como lo explica la historia, el 20 de enero de 1548 Juan de Tolosa, quien fue uno de los pioneros en explotar los subsuelos de la región, fundó con Diego de Ibarra, Cristóbal de Oñate y Baltasar Temiño de Bañuelos la ciudad de Zacatecas.
Las minas que en el pasado fueron símbolo de riqueza y prosperidad son las de San Bernabé, las de San Benito de Vetagrande y de Albarrada. Ahora algunas minas están adaptadas para ser visitadas por el turista, un ejemplo es la mina “El Edén” que forma parte del circuito “Del subsuelo al cielo de Zacatecas” que también integra el paseo en el teleférico y la visita al legendario Cerro de La Bufa. Cuando se visita el visitante podrá contemplar las formaciones rocosas, los colores de los minerales y la infraestructura que rodea las cavidades subterráneas.
Varias imágenes emblemáticas se van formando al recorrer Zacatecas, que por el material usado en sus construcciones y porque en sus minas se ha extraído el mayor porcentaje de plata de México, se le conoce como la ciudad “con rostro de cantera y corazón de plata”. En el centro histórico, se nota su peculiar construcción con las calles ondulantes, mixtilíneas y en desnivel. Las avenidas también se embellecen con callejones que incluso tienen sus propias leyendas, como la del Callejón del Indio Triste, que narra la historia del amor obsesionado del Señor del Pánuco, Xólotl hacia Xúchitl, la última princesa chichimeca.
Otros callejones importantes son el de la Mantequilla, los Gallos, las Merceditas, de San Francisco, del Santero, del Mono Prieto, del Tenorio y del Resbalón.
Vale la pena visitar la Catedral que está decorada con filigrana barroca; apreciar los estilos art nouveau y neoclásico de los edificios; la vista panorámica en el clásico teleférico, los museos que integran arte virreinal y obras pictóricas del siglo XX, así como disfrutar de sus callejoneadas.
Por su valor y belleza arquitectónica, Zacatecas fue declarada por la UNESCO, Patrimonio de la Humanidad en 1993.