Las mujeres dejaron las hamacas, desilusionadas por el poco tiempo que tenían para enterarse del asunto. María y Micaela se abrazaron como si fueran cómplices, dejaban en ascuas a las demás y eso parecía agradarles.
 
-Esta historia terminará en la cena o mañana en el desayuno, dijo María en tono de suspenso.

 

La masa estaba lista para empezar a formar pan, mientras unas hacían bolas para las conchas, otras preparaban la cobertura de vainilla y de chocolate. Todo estaría listo para la merienda en la casa grande, donde se seguía recibiendo al párroco, al mayordomo y a las mujeres que organizaban la Fiesta de las Flores.
 
Según decía el Padre Tacho las mejores conchas de la región eran las que se preparaban en casa de Doña Manolita, la nata predominaba en el sabor y la cobertura de chocolate era aromática y crujiente, como debía de quedar la costra de una buena concha.

 

A Chencha le gustaban los halagos de los invitados, aunque siempre reconocía en público la labor de sus muchachas en la cocina –sin mis niñas que me ayudan y que son muy dedicadas en la cocina, estas delicias no serían posibles- afirmaba con una sonrisa ante todos los invitados.
 
Las muchachas susurraban y especulaban en torno a la historia que había dejado en suspenso Micaela.

 

-Seguramente especuló Arcadia, ustedes nos harán una broma y han armado todo este mitote para tenernos inquietas, ojalá y no nos vayan a salir con una broma porque todas les daremos de coscorrones.
 
Entonces interrumpió la intrigada Micaela – no es ninguna broma, sólo les pregunto ¿Escucharon unos golpes fuertes en la puerta principal a eso de las tres de la mañana?  Sí, escuchamos ruidos en la madrugada afirmo Delfina, la más joven de todas las mujeres; pero la verdad yo me hice la loca para no levantarme, observé con los ojos entre abiertos como Micaela se puso un rebozo y salía de la habitación preguntando quién era el imprudente que tocaba a esa hora.

 

También observé que la cama de María estaba vacía, pero a ella no la vi salir, debió de levantarse antes, incluso escuché a lo lejos algún grito apagado de Micaela buscando a María.
 
Así es que no creo que sea una broma la que se traigan entre manos estas dos, seguro tienen alguna aventura conjunta que no quisieron compartir con las demás.

 

Esperen todas a que les contemos lo que sucedió en esa noche obscura, se llevarán una sorpresa, puntualizó Micaela quien continuó formando con toda delicadeza los polvorones de la cobertura para las conchas…

 

Manolita Recomienda. - Ubicado en las la Lomas de Chapultepec, se encuentra el restaurante Zampara, lugar que hace un homenaje a la tradicional cecina, chilaquilas, huevos aporreados, tacos, cecina con guacamole, salsas verdes roja y la espectacular salsa macha. El sitio esta creado por jóvenes que llevan a la gente de la zona una nueva opción modernizada de la tradición mexicana. Zampara se ubica en Av. Tecamachalco 116 en la colonia Lomas de Chapultepec, también se puede pedir a través de las aplicaciones de entrega a domicilio. El horario de 10:00 a 17:00, sábados de 10:00 a 14:00. Muy recomendable para los amantes de la cecina, la cual de verdad está en su punto.
 

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