Con la edad el tiempo pasa cada vez más rápido, aunque en casa siempre nos han enseñado que el tiempo permanece ahí y que lo que transcurre es la vida; no entraremos en esa discusión, que además de interesante podría resultar larga y siempre deja otras preguntas por resolver.

El caso es, como les decía, que la vida corre rápido sobre todo en las ciudades grandes y conforme vamos ganado años. Caminado por la Avenida Álvaro Obregón de la colonia Roma dos establecimientos me habían llamado la atención, el primero el restaurante Gardela ubicado en el número 31; el segundo la churrería El Moro, totalmente modernizado en la misma avenida esquina Frontera.

Atraídos por la elegancia y por los refrigeradores donde se conservan las carnes, así como por el detalle de la cava, días atrás habíamos husmeado en el lugar, los encargados de inmediato se acercaron a explicar el concepto, nos dijeron que podíamos pasar a cualquiera de las mesas o bien llevar un corte para preparar en casa, resulta que junto a los refrigeradores hay un letrero que ofrece los cortes como en cualquier carnicería, claro que la disposición de los mismos atrae la atención, la explicación continuó-nuestras carnes son añejas por 30 días lo que da cortes suaves y de sabores intensos.

Nos quedamos con el gusanito para degustar aquellas carnes y gozar del sitio. Finalmente, el pasado domingo comimos en Gardela, el sabor de la carne excepcional, con los elementos más importantes: carne bien seleccionada, bien añejada y la parrilla perfectamente cuidada, la cocción al carbón y a la leña con fuego intenso, que según nos explicó Jorge Cáceres, gerente del restaurante, consiste en un método “Mallard”, que es la cocción que logra que la carne exprese todos su sabores al cien por ciento.

Todo esto en un ambiente relajado, pero elegante, incluso simpático con el detalle de sillas Cross Back que en el respaldo tiene frases que a todos los comensales les traen recuerdos: Gracias a la Vida, Acá entre nos, Sácame el chamuco, Ando volando bajo y te cae, entre otras.

El restaurante itlaoargentino mantiene, como me gusta, una carta corta de postres, en especial recomiendo para un festejo la pavlova de frutos rojos, que tiene el punto exacto de azúcar, al final un carajillo para rematar la experiencia.

La música de fondo de los ochentas muy bien seleccionada, hacen de este lugar mi recomendación para festejar el día de las madres, tener una cita de negocios o bien festejar un cumpleaños o simplemente para disfrutar entre amigos.

Por otra parte, para los que quieran dar una sorpresa a mamá y llevarle un cariño a casa, es muy recomendable hacer su pedido en La Panadería Rosetta, de la chef Elena Reygada, el pastel mil hojas de frutos rojos es maravilloso, los panes de guayaba son únicos y si quiere sorprender con un salado ordene un quiche en cualquiera de sus variedades; haga su pedido con antelación.

Fotos cortesía del Restaurante Gardela

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