Después de una semana llena de trabajo y tráfico en la ciudad de México, donde el tiempo corre de prisa y que no nos da ocasión para la reflexión, bien vale la pena darse una escapada y visitar algún rincón cercano.

El pasado viernes nos lanzamos a Jiutepec, Morelos municipio donde se ubica la famosa Ex Hacienda de Cortés, convertida en hotel-spa desde hace seis lustros. Llegamos en viernes para prolongar el descanso y disfrutar de cada uno de los rincones del lugar. La vegetación se entrelaza con los muros, donde los arboles han crecido a capricho. La entrada a lo que fue la Hacienda de Atlacomulco es majestuosa y nos recuerda que aquel lugar fue el segundo ingenio que se instaló en México.

Debo de recordar que nuestra visita fue a propósito del cuarto maridaje organizado por los Tesoros de México en su capítulo Morelos. El apapacho culinario estuvo a cargo del Chef Rodrigo Flores, proveniente de un Tesoro de la Ciudad de México, la famosa Hacienda de los Morales, donde se desarrolla como Chef Ejecutivo.

En esta ocasión Juan Corral director general del Hote&Spa, comentó que la experiencia había sido enriquecedora para todos los cocineros, gerentes y directores, ya que en la cocina de la Hacienda habían compartido estufones los chef de los hoteles Anticavilla, Misión del Sol, la Hacienda de los Morales y la propia Hacienda de Cortés, mejorando recetas, compartiendo técnicas y algunos secretos,  utilizando fundamentalmente productos de las tierras morelenses como el amaranto, el aguacate y el arroz que cuenta con denominación de origen.

De inicio, la chef Nataly Martínez del hotel Anticavilla, presento una Ensalada Colores de la Eterna Primavera, con brotes de nuestra tierra con sorpresas de pato al tamarindo en costra de amaranto de Temoacy, aderezado con capulín, el maridaje se realizó con un Chenin Colombard de Monte Xanic.

De segundo tiempo, la chef María Eugenia Salgado Ruíz de Misión del Sol, sirvió la Trilogía Tesoros de Morelos, en primer término, una sopa prehispánica a base de Xoconostle y Brunoise de Verduras, sencillamente me hizo recordar la cocina de mi abuela donde todos los días nos consentían con sabores de nuestra tierra; ravioli de pasta de huitlacoche relleno de Maíz tatemado y queso de cabra y ceviche de mango criollo y callo de almeja marinado en cítricos. El maridaje fue un vino blanco Chardonnay Calixa, sencillamente refrescante.

De tercer tiempo el chef invitado Rodrigo Flores de manera conjunta con el chef Fernando Lagunas de Hacienda de Cortés sirvieron un Filete de Xoxocotla (Lugar de los ciruelos agrios) filete de Robalo en salsa de ciruela asada con notas de chile ancho acompañado de arroz Morelos y pepita, setas de Huitzilac y taquitos de jícama rellenos de Chuttney de guayaba y betabel; maridado con un vino tinto joven de uva Shiraz Calixa, que permitió contrastar los sabores.

Finalmente llegó la hora del postre Cremoso Ocuituco, a cargo del Chef Fernando Lagunes, en el plato un soufflé de Aguacate con un Crocante de Cacahuate de Miacatlán servido con coulis de maracuyá y salsa de zapote negro de la región; maridado con un vino blanco cosecha tardía de Monte Xanic.

El paladar en verdad quedó satisfecho, las porciones adecuadas y muy bien presentadas, todas con algunas flores, que nos recordaban los colores de los viveros morelenses.

He relatado en este espacio los cuatro maridajes que se realizaron en los Tesoros de Morelos en el mes de septiembre y que debo decir ponen en valor los productos agrícolas de aquellas tierras y comparten el orgullo de ser tlahuicas.

Cabe mencionar, que sí se le antoja alguno de los platillos y vinos que hemos reseñado, estarán disponibles en todos los Tesoros de Morelos.   ¡Que tengan buen provecho!


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