La sesión había iniciado en estricto orden alfabético y se anunciaba poco a poco los nombres de los países que habían presentado candidaturas en materia de Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad; ante el nerviosismo de los presentes y después de pasar por la letra E, momento en que se anuncio la propuesta para inscribir la Dieta Mediterránea (vino, trigo, olivo y queso) por parte de España, Italia, Grecia y Marruecos y  pasar por la letra F para que se anunciara que Francia proponía la inscripción de la etiqueta en la mesa y que ambas iniciativas fueran aprobadas por el pleno de la Asamblea General de la UNESCO, reunidos en Nairobi, Kenia el 16 de noviembre de 2010.

Llegó el momento de la M, pocos minutos después se comunicó que México presentaba para inscribir a la lista de patrimonio inmaterial, La Danza de los Parachicos, tradición proveniente de la fiesta en honor a San Sebastián en Chiapa de Corzo, Chiapas; poco después se escucho en el sonidolocal, en perfecto francés e ingles, México presenta las Pirékuas, canto originario del pueblo Purépecha de Michoacán; la audiencia aplaudió en todas las ocasiones y votó a favor.

Finalmente, se informó que México presentaba una tercera propuesta bajo el titulo “La cocina tradicional mexicana, cultura comunitaria ancestral y viva. El Paradigma de Michoacán”; la iniciativa, se aprobó por unanimidad y fue ovacionada por los delegados;  el momento fue histórico para México y un parteaguas en el mundo en materia de patrimonio inmaterial.

México, es el único país que tiene inscrita a su gastronomía como patrimonio inmaterial, subrayo, a toda su gastronomía, no sólo a productos, más aún la inscripción se refiere a asuntosmás profundos que tienen que ver con la sociología y la antropología, con los rituales, con las fiestas, con los modos de vida, con la cohesión comunitaria y lo más importante con un sistema alimentario, llamado milpa en el que crecen más de 30 productos, que han dado sustentabilidad alimentaria a nuestro país por más de seis mil años.

En aquel momento el anunció no fue tomado con la adecuada prioridad gubernamental; se soslayó e incluso se le abordó desde un punto de vista un tanto frívolo, por parte de la secretaria de Turismo en turno, afortunadamente la sociedad civil tomo el asunto en sus manos como lo venía haciendo desde hacia algunos lustros.

Fue el Conservatorio de la Cultura Gastronómica Mexicana  la organización no gubernamental que organizó los trabajos y formó una gran red de delegados, que han trabajado a lo largo de los últimos cuatro años en diferentes proyectos que tienen que ver con la salvaguarda, conservación y promoción del patrimonio cultural gastronómico de nuestro país.

Desde aquellos años, una y otra vez se solicitó al gobierno que elaborara políticas públicas en torno a la gastronomía, que permitieran cumplir con los compromisos de México al firmar la inscripción de la gastronomía mexicana como patrimonio inmaterial de la humanidad. Finalmente y  casi a cinco años de aquel suceso el gobierno federal hace justicia  a dicha inscripción.

El pasado cuatro de agosto  el Presidente de la República firmo el acuerdo “Política de Fomento a la Gastronomía Nacional”, desde luego se trata de un gran avance sobre todo cuando ha quedado claro que hay que apoyara a la agricultura, que hay que promover nuevas denominaciones de origen y las marcas colectivas para los productos vinculados a la gastronomía.

El acuerdo también apoyará la promoción turística a través de este tema y se desarrollaran nuevos productos en materia de turismo gastronómico. El titular del ejecutivo indicó que “detrás de cada platillo mexicano se encuentra un modelo cultural completo que comprende, desde las actividades agrarias y técnicas culinarias, hasta las costumbres y modos de degustación en una comunidad. Así lo reconoció la UNESCO (Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura), al incluir a la comida tradicional mexicana en la lista del Patrimonio Cultural Intangible de la Humanidad”.

Este asunto reconoció Enrique Peña Nieto, no hubiera sido posible sin la participación de la sociedad civil y entonces se dirigió a “Doña Gloria” refiriendose a Gloria López Morales, presidenta del Conservatorio de la Cultura Gastronómica Mexicana, quien pocos minutos antes aseguró que se requieren políticas públicas que permitan defender nuestro patrimonio culinario, y esto es responsabilidad del gobierno y de la sociedad civil.

Esperamos que este paso sirva para que la población mexicana regresa a los buenos hábitos  alimenticios, impulsados desde la Secretaria de Desarrollo Social y la Secretaria de Salud y que esta política pública permita que la pandemia de la obesidad y desnutrición desaparezca en nuestro país ¿cómo? regresando al origen de los alimentos que nuestra tierra nos da, tales como el amaranto y la maravillosa variedad de productos que crecen en el extraordinario sistema alimentario mexicano, llamado Milpa.

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