Por Óscar Colorado Nates*

Alejandro Contreras caminaba por la avenida San Cosme, en la ciudad de México, cuando se topó, frontalmente, con la realidad de un México de pesadilla donde la híper violencia ha rebasado todo límite. Y no, no es que lo hubieran asaltado, o hubiera sido testigo de un secuestro. El fotógrafo mira al mundo pero lo filtra, ve lo que quiere ver.

Mientras Alejandro Contreras Sánchez caminaba entre puestos de garnachas y ropa, se encontró con símbolos de una realidad mexicana que, dolorosamente, sigue ahí: decapitados, cuerpos desmembrados, torsos cubiertos de cinta canela…

Alejandro decidió emprender un proyecto fotográfico con los maniquíes que utilizan los comerciantes ambulantes de San Cosme. En aquellos pies embolsados, torsos y cabezas de unicel vio la prefiguración de los hechos violentos que, todavía hoy, viven muchas regiones de nuestro país.

Cámara en mano, Alejandro de 63 años, comenzó a capturar esos símbolos de la trata de blancas, de la transfiguración del ser humano en cosa.

Ya los fotógrafos surrealistas como Hans Bellmer o la interesantísima Claude Cahun habían utilizado los maniquíes como esas figuras antropoides que generan una extraña realidad alternativa.

Contreras explica: “Decidí hacer una serie de fotografías basándome en estos momentos de crisis que atraviesa nuestro país, mis protagonistas son maniquíes encontrados en la calle y que forman o mas bien dicho son parte de mi tema refiriéndome a esta ola de secuestros, trata de blancas, descuartizados, que abarcan la lucha por el poder y reflejan el miedo de la sociedad, la perdida de valores humanos.“

Si las imágenes explícitas de descabezados, colgados y mutilados son demasiado fuertes como para poder soportarlas, las fotografías de Alejandro son una insinuación lo suficientemente clara para ser entendidas, pero al mismo tiempo adecuadamente sutiles y sugerentes como para soportar la mirada. Y entonces reflexionar, a través de las imágenes, lo insoportable de lo que hemos vivido en México durante años.

Nuestro país aparece, corrió por todos lados la nota, como uno de los países más violentos del mundo. Quizá en nuestra realidad citadina pueda parecer incluso anecdótico, pero las fotografías de Alejandro son un recordatorio de que las cosas están mal, y que siguen mal. Que no debemos acostumbrarnos, porque las prefiguraciones en los maniquíes de Contreras son la realidad que se sigue viviendo, a pesar de todo, en regiones de un México que permanece en guerra y donde hay seres humanos que son mutilados, descuartizados, decapitados, embolsados… ¿Por cuánto tiempo más?

Más sobre las fotografías de Alejandro

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*Óscar Colorado Nates es crítico, analista y promotor de la fotografía. Titular de la Cátedra de Fotografía Avanzada en la Universidad Panamericana (Ciudad de México). Autor de libros como Instagram, el ojo del mundo, Fotografía de Documentalismo Social, entre otros. Conductor del programa de radio sobre fotografía   Miembro de The Photographic Historical Society (Rochester, NY) y creador de , blog de reflexión fotográfica líder en Iberoamérica.

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