Por Ulises Castellanos*

Cuando escribí sobre la fallida exposición de la Bienal, jamás imaginé cuanto lastimaría su ego. La verdad, andaba un tanto aburrido y me fui al Centro de la Imagen, porque andaba cerca.

No tengo agenda secreta ni iba por encargo de nadie. Pero la sorpresa fue mayúscula cuando vi el resultado de aquella Bienal. Escribí apenas 747 palabras sobre el tema, y a la fecha más de 30 personas han escrito sobre ese asunto, prácticamente cada día aparece un texto nuevo; dos cartas me han han enviado y hasta un comunicado del Centro divulgaron, todos ellos han sumado más de 50 mil palabras para tratar de explicar un fracaso.

¿Cuál es el problema? ¿Qué ocultan? ¿Qué les preocupa?

Es la arrogancia de los eruditos frente al pueblo ignorante. Llevamos un mes  y todavía no logran conectar con la gente. Se aplauden entre ustedes, me acusan de misógino y de no entender la foto de “hoy”; pero ustedes no convencen a nadie.

Detrás de todo aparece un personaje siniestro, Iván el terrible le dicen. Francamente no entiendo.

¿Qué se puso en riesgo? ¿Sus becas? ¿Sus viajes? ¿Chamba? o ¿Hasta dónde llega su tráfico de influencias? ¿Qué pierden con aceptar un error de juicio, frente a un público que está harto de ese manejo discrecional de legitimaciones a modo? ¿De qué tienen miedo?

¿Me equivoqué? ¿No les gustó el tono? Argumenten, pero no ataquen.

Cada vez que se defienden a sí mismos, se enlodan más.

Francamente, creo que los únicos inocentes en esta trama son los propios artistas y fotógrafos que de buena fe participaron en su concurso. Una Bienal amañada por sus prejuicios y complicidades.

Soy un fotógrafo de calle, un fotoperiodista con 30 años de trabajo. Pero quizá en el fondo nos desprecian, su soberbia los hace acusarme una y otra vez de “mediático” “comentarista” “retrógrada” “cazador de likes” “opinólogo” etc, etc. Se aplauden entre ustedes y buscan quién me aviente la siguiente piedra, para luego decir : “es un gran texto” “aquí una reflexión inteligente” bla, bla, bla. No entienden que no entienden.

A punta de palabras domingueras quieren hartar a la gente para que termine rindiéndose por “no entender” nada. La mayoría de ustedes, no ha creado nada, viven de los artistas, de los fotógrafos emergentes, del talento colectivo, dan certificados patito para futuras becas, talleres o expos; lo que sea a cambio del aplauso fácil. Basta.

La explicación y el catálogo que vengan será la prueba máxima de la Bienal que acabó con su paraíso. Hace 10 años que los fotógrafos documentales y fotoperiodistas no tienen un lugar digno en ese Centro por diversas razones y quizá ganado a pulso por la irresponsabilidad de Enrique Villaseñor, pero por su error dejaron fuera todo un discurso visual. El que quizá, más premios internacionales ha cosechado por cierto. Ahora festejan que no haya fotógrafos lumpen en sus cenas de gala.

Y por qué no mejor, hacen un concurso en el patio de su casa, con su propio dinero y se van al Superama a comprar Champagne; se toman fotos brindando y las suben a su grupo de Whatsapp. Ah no, porque eso no es tan divertido como usar una galería del Estado Mexicano, ¿verdad? No, no es lo mismo.

¿Qué harán con el foro que viene? ¿Invitarse entre ustedes para aplaudirse a rabiar? ¿Pedir como requisito un doctorado en artes visuales para subirse a una mesa de diálogo? ¿Revisar cuántos amigos del grupo están en su face?

¿Pero qué creen? es un espacio público, lo fundamos en 1993, ahí hemos presentado libros y exposiciones, en sus aulas hemos estudiado y ofrecido talleres. El Centro de la Imagen no es de ustedes. La chequera es prestada. Su cafetera se paga con impuestos. Tarde o temprano, tendrán que abandonar esos pasillos. Pero se aferran. No conocen otra manera de vivir. Se la pasan criticando al Gobierno en turno y viven del Estado. Sólo revisen sus redes sociales.

Sepan que no me intimidan sus amenazas, ni sus textos o cartas, ni sus descalificaciones. Mi nombre y trayectoria son públicos. No necesito de ustedes. Por eso les inquieta tanto lo que diga. Porque no les debo nada.

¿No hubiera sido más fácil abrir un canal de diálogo honesto y exponerse a otras ideas? Son asuntos públicos, dejen de manejarlos como si se tratara de su vida privada. La gente tiene derecho a saber.

Hagan bien su trabajo, convoquen pluralmente a una comunidad fotográfica que represente la diversidad de talentos en este país. Abandonen la endogamia, hace daño.

Sólo fueron 15 párrafos.

Ya basta.

Ulises Castellanos*

Fotoperiodista urbano. Curioso y libre.

Director de Círculo Rojo

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