Aleksander Mikhailovich Rodchenko (San Petersburgo 1891-Moscú 1956) era de origen modesto, hijo de un artesano teatral y una lavandera.

Alexander Rodchenko ha pasado a la historia como uno de los más grandes maestros de la fotografía, pero se inició en este medio hasta 1922 cuando ya era un pintor y escultor experimentado.

Artistas como Naum Gabo, Antoine Pevsner, El Lissiztky y el propio Rodchenko comienzan a desarrollar ligas entre la técnica, el capital, la producción y la construcción. Los artistas forman parte de un todo, de una nueva sociedad junto con los científicos y técnicos para sumarse a las luchas agrarias y obreras. Los artistas se convierten en creadores, en auténticos productores (productivismo) y de ahí en constructores (constructivismo) de realidades visuales.

Rodchenko dice adiós a la pintura justo en el momento en el que había logrado adelantarse al expresionismo abstracto estadounidense.

Los artistas soviéticos se plantearon una y otra vez la pregunta de qué tareas podía realizar un artista para servir la revolución. En el mundo de Alexander el arte debía tener, necesariamente, una función social.

La fotografía se erige entonces como el medio por excelencia de la revolución porque las imágenes comunicaban lo que las palabras no podían.

Rodchenko trabajó el diseño en sus vertientes industriales, textiles y gráficas. Fue precisamente en el diseño gráfico donde se topó inicialmente con la fotografía. Los fotomontajes de Rodchenko eran poemas visuales llenos de sugerencias. Al principio utilizaba las fotografías de otros, pero En 1924 Rodchenko decidió tomar él mismo las fotografías de sus fotomontajes.

Rodchenko quedó perdidamente enamorado de la fotografía, la consideró “…el medio perfecto para descubrir el mundo de la ciencia, el de la técnica y el medio ambiente material de la humanidad contemporánea.” En suma, para él “…sólo la cámara es capaz de reflejar la vida contemporánea.”

El punto de vista se convirtió en una de sus primeras experimentaciones y, a la larga, su sello personal.  Rodchenko mismo decía: “En fotografía existe el viejo punto de vista, el ángulo de visión de un hombre que está de pie sobre el suelo y mira en dirección recta hacia adelante, o como lo denomino, hace «planos de ombligo»…Combato este punto de vista, y lo seguiré combatiendo, junto con mis colegas de la nueva fotografía. Los planos de ángulo más interesante son hoy los de «hacia abajo desde arriba», o «hacia arriba desde abajo» y sus diagonales.”

La muerte de Lenin significó el declive del apoyo estatal para el constructivismo. José Stalin, nuevo líder de la Unión Soviética, adoptaría una forma peculiar de entender la revolución. El nuevo realismo socialista de Stalin resultaba aún más radical y, paradójicamente, bajo el nuevo líder, la creciente ortodoxia cultural y política acosaría a Rodchenko bajo acusaciones de formalismo, es decir, que más que un obrero del arte, era un burgués que se deleitaba en la belleza y la forma. Esas acusaciones eran terribles para un hombre que se consideraba a sí mismo un obrero de la máquina fotográfica y que se había rapado para romper cualquier imagen del burgués romántico del siglo XIX. Aún así, los estalinistas se afanaban en encontrar en sus fotos demasiado arte y muy poco compromiso con la revolución.

Alexander Rodchenko fue afortunado pues no sufrió el destino de otros opositores a Stalin. Pero para sobrevivir, el fotógrafo tuvo que cambiar radicalmente de estilos y sujetos para capturar más “hechos socialistas”. Rodchenko obtuvo una comisión para fotografiar la construcción del  Belomorsko-Baltíyskiy Kanal (BBK o Canal del Mar Blanco-Báltico). En la obra se empleaba a presos políticos del GULAG. Miles de presos del orden común y perseguidos políticos murieron durante la empresa.

Para 1940 Rodchenko estaba sumido en la depresión: pobre, hambriento y enfermo, siempre amenazado ante la posibilidad de algún nuevo ataque político.

Alexander Mikhalovich Rodchenko murió en 1956, el mismo año en el que el nuevo Premier Nikita Jruschov denunció los crímenes de Stalin contra la Unión Soviética.

Por Óscar Colorado Nates*

*Óscar Colorado Nates es titular de la cátedra de Fotografía Avanzada en la Universidad Panamericana. Autor de libros como Instagram, el ojo del mundo, Fotografía de Documentalismo Social, entre otros. Editor y Director General de la revista fotográfica universitaria MIRADAS. Columnista en el diario El Universal (Cd. de México). Miembro de The Photographic Historical Society (Rochester, NY) y creador de , blog de reflexión fotográfica líder en Iberoamérica. En redes sociales: |

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