Para los que somos apasionados de los autos, visitar una fábrica sin importar el país o marca es el equivalente a ir al Vaticano para los católicos. Es ahí el lugar mágico donde un montón de metal y otros materiales se transforman para darle vida a un auto.

Si bien, es un proceso muy interesante, en su mayoría es realizado por robots para asegurar un nivel de calidad perfecto. Claro que con el paso del tiempo, esto se ha ido perfeccionando, no sin antes ser fabricados de manera manual.

A pesar de la labor humana que requería fabricar autos nuevos hace prácticamente un siglo, Henry Ford fue el responsable de que fuera más sencillo gracias a la producción en serie, cosa que rápidamente se estableció en el resto de empresas automotrices.

Vista de las rampas de la fábrica.
Vista de las rampas de la fábrica.

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Cuando la arquitectura y eficiencia se unen

FIAT es una marca que existe desde 1899, y el avance industrial de Ford le sería de gran utilidad para aumentar sus ventas, y por tanto la producción. En 1923, la marca italiana abrió una fábrica ultra moderna para la época, ubicada en Turín.

Este centro de producción fue llamado Lingotto, que es lingote en italiano, dada su forma alargada y con varios pisos. No solamente ello fue símbolo de estatus, sino que su construcción fue en concreto y con una fuerte orientación hacia la arquitectura corporativa, misma que Le Corbusier, uno de los arquitectos más influyentes del siglo pasado, describió como vanguardista.

Le Corbusier atribuía vanguardia y modernismo a Lingotto.
Le Corbusier atribuía vanguardia y modernismo a Lingotto.

No era para menos, pues en cada uno de los 5 pisos se iban fabricando los autos conforme a cada estación. En salieron varios modelos icónicos para FIAT, como el 501 Torpedo o el clásico 500 Topolino. La cereza del pastel era la pista de pruebas en el techo, con una longitud de 1.5 kilómetros para verificar la calidad de los autos.

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Pista 500, donde es posible andar en bici y disfrutar de arte.
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Ciao, Lingotto

La Segunda Guerra Mundial fue el motivo principal por el que la fábrica de Lingotto cerró y dio lugar a la planta de Mirafiori, también en Turín, donde continuó la producción del Topolino y que, a nuestros días, es la sede del nacimiento del Maserati Levante y el nuevo FIAT 500e.

Hoy en día, el Lingotto se llama Casa 500 y es un museo para el auto más icónico de Italia, junto con la Pinacoteca Agnelli, una galería de arte con diferentes exhibiciones. Por su parte, la pista en el techo recibe el nombre de Pista 500 y es el jardín colgante más grande de Europa, donde es posible caminar, andar en bici o patines mientras se respira aire fresco en el hogar del clásico FIAT 500.

A partir del trazado ovalado de la pista, de las ventanas de la fábrica y el concepto minimalista de las rampas que ascienden los pisos, presentará un nuevo modelo cuyo diseño está inspirado en Lingotto. ¿Será el nuevo FIAT 600?