Por Yolanda Ruiz

La buena racha continúa. En tiempo de crisis, la inversión en guardatiempos vintage convence a los coleccionistas. Y sobre el piso de remates se exhibe un desfile de horas de museo.
Una de las estrellas es un Patek Philippe, la gran dama relojera que sigue liderando las subastas de relojes. 
Se trata de la Referencia 5002 Sky Moon Tourbillon, un modelo que se produjo de 2001 a 2011 pero en una escasa edición de 10 piezas al año. 
Cuando se lanzó, fue el reloj de pulsera más complicado de la firma ginebrina y el primer reloj de la casa con doble esfera. Está inspirado en el Star Calibre 2000 y sus 686 componentes se suman a una combinación única de altas complicaciones.

El reloj que se subasta es de 2010 y tiene 12 complicaciones. Esta maravilla mecánica de doble carátula incorpora en un lado un calendario perpetuo retrógrado con indicación de fase lunar. 
En la otra esfera, se despliega un mapa celeste del hemisferio sur con indicación de Sirius (la estrella que más brilla vista desde la Tierra), la edad y el movimiento angular de la luna y el tiempo sideral, que es la cantidad de tiempo que le toma a una estrella volver a un punto concreto en el cielo.

Un dato curioso es que la función de repetición de minutos tipo catedral de este reloj fue desarrollada por Patek Philippe en colaboración con el Instituto Federal Suizo de Tecnología. 
El precio por este tesoro horario se estima entre 950 mil y 1.5 millones de dólares.

La puja será el 14 de noviembre y este ejemplar forma parte de 326 relojes que se pondrán a juicio del martillo en Ginebra.
Otras joyas.

Hay otros ejemplares que apelarán a la ambición coleccionista. Entre los más destacados, una pieza de Audemars Piguet, la Referencia 3207, un reloj de platino con diamantes y función de repetición de minutos de 1960. 
La puja empieza en 250 mil dólares y puede acabar en 500 mil. También habrá otro Patek Philippe codiciado, la Referencia 2499. Llegó en 1950 y es un calendario perpetuo.
 Solo se hicieron 349 piezas, la mayoría de oro amarillo. Su rareza reside justo en su promedio anual: sólo 9 relojes por año. Podrá costar entre 300 mil y 500 mil dólares.

Y Rolex no puede faltar a la cita. Su apuesta más poderosa es un cronógrafo de oro con la icónica esfera ‘Paul Newman’ que aparece en la Referencia 6241. 
Lanzado a principios de 1960, se mantuvo en producción hasta 1969. Su precio puede alcanzar desde los 200 mil hasta los 300 mil dólares.

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