Andre Agassi es leyenda dos veces. Primero como el tenista que ganó 60 títulos en 20 años de carrera, entre ellos una medalla de oro en las Olimpiadas de Atlanta 1996, el ATP World Tour de 1990 y ocho Grand Slam: cuatro veces el Abierto de Australia, dos veces el Abierto de Estados Unidos y una vez Roland Garros y Wimbledon.

No sólo fue uno de los mejores en el periodo de 1986 a 2006, cuando se mantuvo 101 semanas en la cima de la clasificación de la ATP (Asociación de Tenistas Profesionales) y emocionó al mundo por sus duelos épicos contra su compatriota Pete Sampras, sino que con su rebeldía agitó a un deporte anclado en sus tradiciones. Agassi, nacido en Las Vegas en 1970, saltaba a la cancha con el pelo largo, una banda alrededor de la cabeza, shorts de mezcilla y camisas de colores.

Su estatus de rock star se consolidó en un comercial que grabó junto a la banda Red Hot Chili Peppers para Nike y con su matrimonio con la actriz Brooke Shields en 1997.

La segunda vez que se convirtió en leyenda fue con la publicación de su autobiografía Open en 2009, en la que destruyó el mito de su vida perfecta, reveló su odio "con una pasión secreta" por el tenis y volvió a poner al circuito profesional de cabeza, esta vez por las revelaciones de que su padre le había dado a consumir la droga speed y que él mismo había tomado metanfetaminas en una ocasión en 1997, de lo que culpó a un asistente para salvarse de una suspensión cuando fue descubierto en un antidoping.

Escrito en colaboración con J.R. Moehringer, ganador del Pulitzer de Periodismo en 2005, Open fue aplaudido por su calidad literaria y su honestidad, al ofrecer un viaje íntimo a los sufrimientos de un niño que fue obligado por su padre a convertirse en una máquina de jugar tenis abandonando su educación formal y cuyo encontronazo con la fama lo llevó, entre otras cosas, a usar una peluca en algunos partidos para ocultar la pérdida de cabello. Es un libro que no tiene piedad con nadie, en especial con el propio Agassi, que salió fortalecido de esa catársis.

De visita en México en su papel de embajador de la marca de relojes Longines, Agassi habló con Tiempo de Relojes sobre Open, el intenso y exitoso trabajo que ha hecho con su fundación dedicada a la educación, y también sobre tenis, el deporte por el que conoció a su ahora esposa, la gran campeona Steffi Graf, con quien tiene dos hijos y quizás, ahora sí, una vida perfecta.

Pregunta: El tenis ha sido una gran contradicción para ti, como un volcán en tu interior porque lo odiabas pero era tu vida. ¿Ahora en qué enfocas toda esa increíble energía que llevas dentro?

Andre Agassi: Creo que primero tenía que enteder esa contradicción y después reconciliarla. Ahora vivo mi vida en mis propios términos, soy dueño absoluto de mi vida, así que los conflictos ya no existen como antes. Mi enfoque es bastante específico en las cosas a las que me dedico, pero muy general en el sentido de que todo lo que hago a diario es para volverme una mejor persona y mejorar en esas actividades. El equilibrio es muy importante para mí y siento que hoy tengo un gran equilibro, así que ha sido una transición muy positiva.

Pregunta: ¿Cuál es el mensaje final que tu libro Open le puede dar a un lector?

Andre Agassi: Los lectores obtendrán más de este libro de lo que yo pueda decirles como mensaje final. Y los tocará de maneras diferentes en momentos distintos de sus vidas. No diría que fue algo catártico, sino que surgió de mi deseo de entender mi vida. Luego me sentí obligado a convertir eso en un libro por mi creencia de que todos hacemos el mismo viaje con experiencias distintas y de que tú puedes entenderte mejor a ti mismo al leer mi historia. Esta es mi sensación sobre el libro. Si vienes a la mesa con cierta experiencia de vida, vas a llevarte algo; si vienes con otra experiencia de vida, te llevarás algo diferente, porque la historia de mi libro es real, es sobre la gente, la necesidad de conexión y las cosas todos tenemos que soportar y perseguir.

Pregunta: Cuando jubagas tenis, fuiste un rebelde en todo sentido: en tu forma de jugar, de vestir, de comportarte. Ahora estás dedicado a la educación y eres Embajador de la Elegancia de Longines. Eres un hombre políticamente correcto. ¿Extrañas ese periodo de tu vida cuando eras un rebelde y agitabas al tenis?

Andre Agassi: ¿Lo extraño? No, no (se ríe).

Pregunta: ¿En qué estado de ánimo estás ahora en tu vida?

Andre Agassi: Necesitaba emprender mi viaje personal para ser dueño de mi vida. La más grande desconexión con mi vida es que nunca fue mi elección. Pero eso no quiere decir que no puedas ser su dueño, y yo necesitaba aprender eso después de tocar fondo. Ser dueño de tu vida significa cosas diferentes para personas diferentes. Para mí significó encontrar una razón para hacer lo que hice, por primera vez tomar algo para lo que era bueno y no odiarlo, sino usarlo para las cosas que son importantes para mí. Entonces empecé a disfrutarlo.

Pregunta: ¿Hacen falta rebeldes en el tenis actual?

Andre Agassi: Tengo una perspectiva diferente porque yo era la persona dentro de la cancha. Siempre me fijo mucho en los jugadores y tengo mucho aprecio por lo que están pasando y cómo pueden enfrentarlo en la forma en que lo hacen. Yo no tenía la tranquilidad mental, los contactos, la perspectiva para ser un caballero todo el tiempo [se ríe]. Era difícil para mí y se lo mostraba al mundo. Pero cuando veo a alguien que tiene la habilidad para hacerlo, lo respeto porque sé lo que significa. No puedo decir que lo extraño, pero lo aprecio. No lo extraño porque para mí es impresionante ver y saber por lo que estos hombres están pasando y cómo lo superan.

Pregunta: Háblanos sobre tu fundación y lo que Longines ha hecho por ella.

Andre Agassi: Longines se ha comprometido con mi fundación a través de becas para que los estudiantes vayan a la universidad cuando terminen mi escuela, pues algunas veces no pueden pagar la educación después de la preparatoria. También vienen y enseñan las aptitudes vocacionales de la relojería, lo que es muy importante porque no todo mundo está hecho para ir a la universidad y algunas personas son buenas para ciertas cosas y están interesadas en campos vocacionales y ellos les dan la oportunidad de descubrirlo. Intentamos trabajar juntos para aportarle más a la experiencia de estos niños.

Pregunta: Después de escribir Open, ¿cuál es el próximo reto en tu vida?

Andre Agassi: Vivir es reto suficiente. Estoy expandiendo mi misión de educación a través de Estados Unidos. En los últimos cuatro años hemos construido 79 escuelas con 36 mil lugares de alta calidad educativa para niños, y en los próximos cuatro años construiremos quizá 50 o 60 más. Estamos creciendo. En el tenis siempre se trata de fijar un objetivo y trabajar para llegar a él en tu mejor momento. Pero la vida es diferente, sigues adelante, explorando y retándote a ti mismo.

Pregunta: ¿Qué opinas del momento tan exitoso que vive Roger Federer?

Andre Agassi: Es impresionante, pero no hay forma de explicar a Federer, yo no puedo hacerlo. Es un milagro verlo, es muy especial, pero no sé como lo está haciendo.

Pregunta: ¿Eres feliz de haber dejado atrás el tenis?

Andre Agassi: El tenis es como una tierra de amnesia, pasó hace mucho tiempo.

Pregunta: ¿Por qué decidiste colaborar con Longines?

Andre Agassi: Hay muchas marcas que te pagarían por decir algo y yo no pienso así. Longines vino a mi escuela, entendieron lo que era importante para mí e idearon formas para asociarnos. Es una compañía con valores, con empatía, con consideración.

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