La legendaria categoría de carreras Can-Am (Canadian-American Challenge Cup) existió entre 1966 y 1987. Para los conocedores es una historia de culto: se trataba de una competencia “libre”, donde escuderías como McLaren, Lola, BRM, Porsche, Chaparral y Shadow podían ensayar con motores turbo cargados, súper cargados y cualquier posibilidad aerodinámica, básicamente, sin restricciones.

Al observarlo a la distancia, el fenómeno Can-Am representaba una gran exposición de retro futurismo automovilístico, un semillero de libre albedrío, experimentación y divertimento. Estos factores atrajeron la atención de Maximilian Büsser, quien, emocionado, comenta sobre el HM8, el nuevo reloj de MB&F: “ésta es una de las piezas más cool que he creado”.

Herencia del HM5 y el HMX, el HM8 tiene principios muy claros y, como sus predecesores, está inspirado en otra leyenda: el reloj Amida de los años 70.

Desde el primer HM5, Büsser reinterpretó la caja del Amida, además de definir la esencia de la serie con sus características formas voluptuosas y angulares, así como sus indicadores prismáticos, en los cuales se aplican diversos materiales para obtener una combinación sumamente poderosa.

El HM8 se percibe automovilístico desde las barras de titanio pulido que emulan las roll bars de seguridad contenidas en los bólidos de la Can-Am. Las mismas corren desde el frente hasta la estilizada parte trasera del reloj: referencias racing en cada detalle estético.

La máquina es quizá la más armoniosa de esta serie homenaje a la experimentación automotriz de los años 60 y 70, pues se nota madura, refinada y sin elementos redundantes. Es un homenaje pulcro y clara reverencia al futuro. Dicho lo anterior, resulta obvio que posee un motor muy potente, digno de cualquier carrera de prototipos. El mecanismo, modificado in house a partir de un movimiento Girard-Perregaux, tiene módulo de horas saltantes bidireccional y minutos con disco de arrastre. Este último fue invertido para colocar el rotor en forma de hacha de batalla en la parte de arriba, además de adaptarlo para alimentar los indicadores prismáticos. La reserva de marcha es de 42 horas.

El calibre se puede apreciar casi totalmente gracias a que el “toldo” y las “ventanas” del HM8 están hechas de un solo bloque de cristal de zafiro.

El módulo de horas saltantes bidireccional funciona con dos discos sobrepuestos (horas y minutos), recubiertos de SuperLumiNova. El efecto de los grandes numerales se consiguió al enmascarar todo el material luminiscente, con excepción del que está en las cifras.

Mientras los discos rotan horizontalmente en la parte superior, sus indicadores se despliegan verticalmente en el “tablero de instrumentos”, dado que los prismas de cristal de zafiro reflejan la luz de dichos discos a 90 grados, al tiempo que magnifican en un 20% las indicaciones para lograr mayor legibilidad.

El HM8, que se podrá apreciar en el próximo Salón Internacional Alta Relojería de México (SIAR), estará disponible en dos versiones: caja de oro blanco con titanio y caja de oro rojo con titanio. Una joya imperdible.

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