Aunque es profesional de la comunicación desde los años 90, Antonio Sempere descubrió el oficio que actualmente ocupa su tiempo durante un vuelo internacional. A su lado, un ingeniero especializado en polímeros y asfalto estaba sentado junto a él y comenzaron a platicar. Toño, como le llaman con frecuencia, se dio cuenta de que ese hombre tenía muchas ganas de hablar para olvidar el miedo a volar, así que lo escuchó. Cuando comenzó a explicar la materia de su especialidad, comenzó a despertar el interés en Toño, quien hizo preguntas como: ¿por qué tenemos tan malas carreteras en México? El nivel de especialización del tema sería poco atractivo; sin embargo, este hombre hablaba con tal pasión del asfalto que mantuvo a Toño atento. Al bajar del avión no pudo evitar el tema por un rato más.

Antonio Sempere olvidó aquella conversación y continuó con su vida como editor de revistas. Años más tarde, alrededor de 2005, tras haber vivido en el extranjero y haber dejado atrás el mundo editorial, volvió a México. Como en sus inicios profesionales había hecho radio, pues alguien le hizo una oferta. Sin embargo, todo había cambiado. La tecnología había transformado las grandes cabinas en pequeños espacios con computadoras, pero, sobre todo, también habían cambiado los hábitos de consumo de la radio en México y el mundo. Pero escuchar aún valía...

Mientras a finales de los años 90 las personas escuchaban aproximadamente 3.5 horas de radio al día, hacia 2007 eso se había reducido a 17 minutos. Y ahora, en un mundo donde todos los contenidos multimedia son distribuidos por internet y administrados a través de aplicaciones para el teléfono móvil, la situación es aun más extrema. Hay generaciones enteras que no saben lo que es escuchar la radio.

Lo de hoy, cuenta Sempere, es ser podcastero: un proveedor de contenidos digitales de audio on demand, es decir, que se producen y se cuelgan en internet para que el público los consuma en el momento y frecuencia que mejor se adapte a su estilo de vida.

Los contenidos también son diversos, tal como pasa con los blogs. Hoy cualquiera puede tener un blog y hacer podcast también se ha universalizado.

Sin embargo, poder hacerlo porque tienes la tecnología a tu alcance no significa que será un éxito ni mucho menos que podrás vivir de ello. Es por ello que Toño se tomó muy en serio el tema y comenzó a analizar qué era lo que a la gente le gustaba de los podcast.

“Hacer podcast no significa que hago radio en medios digitales, porque la radio siempre se ha ceñido a un formato, a limitantes de tiempo y no necesariamente se ajusta a lo que el consumidor de un podcast espera.

“En el momento en que los contenidos se convierten en on demand, es decir, en algo que tú puedes controlar, tanto desde el consumo como en la frecuencia de escucha, es cuando se puede hablar de una diferenciación del medio.

“Yo empecé haciendo radio hace muchos años y descubrí que sí, es padrísimo, a mí me fascinaba la idea de comunicar a través de audio, pero en radio dependías del formato de la estación en la que estuvieras trabajando y hasta del programa dentro del mismo formato, los tiempos, etcétera.

“Pasó como cuando descubrí primero los blogs y me encontré con una libertad que no tenía haciendo revistas. Ahora en los podcast tengo una libertad que no tenía siendo simplemente locutor”.

Lo de hoy es ser podcastero. ¿La paga? Parecida a la de un youtuber
Lo de hoy es ser podcastero. ¿La paga? Parecida a la de un youtuber

México, sin cultura del podcast

Para Toño Sempere el secreto está en la pasión y la empatía que se tenga con los temas que se abordan, no sólo elegir hacer un podcast sobre lo que está pegando.

“En México no hay una cultura real del podcast, la gente apenas está procesando esa transición, pero hay países enteros, como Noruega, que recién desapareció su señal de FM, que entendieron que la comunicación está cambiando.

“Yo hago podcast, no hago un programa de radio que luego se monta a internet. La propuesta tiene que ser distinta de muchas maneras”.

Uno de los primeros retos es ser siempre transgresor, es decir, no sólo no estar ceñido a un formato radiofónico sino ser creativo en la forma de comunicar el mensaje, invitar a verdaderos especialistas en cada tema y divertirte con ellos: conversar. Otra característica de un podcastero debe ser su capacidad multimedia, puesto que la conversación se da en otra plataforma: las redes sociales. Así, el podcastero que quiera tener éxito debe también aplicar estrategias de social media y community management. Más allá de cualquier estrategia está el elemento clave: la diversión. Para Toño Sempere y sus colaboradores eso es lo importante.

Por esto, Toño puede producir lo mismo un podcast para cinéfilos como es “Finísimos filmes” o uno de gastronomía como “Gastronómicas”. Y también uno sobre emprendimiento y negocios, como es “Shark talk”.

Actualmente, los hábitos de consumo de las personas están marcados por la experiencia de compra y por el servicio que reciben, y en los contenidos digitales no hay excepción.

Justo en esta evolución de hábitos de consumo es que Toño Sempere y otros podcasteros han encontrado la ventana de oportunidad para transformar su pasatiempo en un negocio. La clave está en que la industria de la publicidad está cambiando también y entonces ahora la tendencia es hacia lo que se llama marketing de contenidos, o el compartir experiencias, conocimientos e información vinculada a los beneficios de ciertas marcas, productos o servicios. Para ello, un podcast puede ser la plataforma ideal.

“Empezamos haciendo el podcast como un pasatiempo. El primero que hice fue el ‘Finísimo podcast’, pero después de un tiempo notamos que se nos acercaban personas a preguntarnos por qué no teníamos publicidad si teníamos tantos y tan fieles escuchas, porque la fidelidad del escucha de podcast es muy marcada, lo que no pasa con el escucha de radio, que a veces le prende y le cambia cuando acaba la canción que le gusta”, cuenta.

A un podcast te suscribes y tú decides cuando lo escuchas, a veces en más de una ocasión, porque no están oyendo noticias en radio, sino que buscan entretenimiento, humor, servicio, divertirse. Cuando empezamos a ver el potencial de negocio primero lanzamos una plataforma, pero no despegó como debiera”.

Ahora junto a 2bTube, una multichanel network dedicada a fomentar el desarrollo de talentos digitales en América Latina, Sempere retoma con nuevos bríos un espacio dedicado a producir podcast.

“No se trata de hacer un producto específico para cada cliente, sino hacer productos tan buenos que sean atractivos para ese cliente y para cualquiera”, explica Toño Sempere.

“Yo me forjé en el contenido de servicio, no en el periodismo. Y descubrimos que esa era una de las fórmulas más efectivas porque eso no pasa de moda. Buscamos una pequeña misión, dar un servicio, eso viene de la mano de quien te lo dice, no un locutor cualquiera, sino un especialista en la materia”, agrega.

El podcastero aclara que él y sus invitados son graciosos, irreverentes y sarcásticos, pero saben de los temas que abordan en los podcast y eso es lo que engancha a sus escuchas y atrae a sus clientes.

Lo de hoy es ser podcastero. ¿La paga? Parecida a la de un youtuber
Lo de hoy es ser podcastero. ¿La paga? Parecida a la de un youtuber

Por ejemplo, en “Gastronomicast”, a Toño lo acompaña la chef Mariana Orozco, una profesional gastronómica reconocida en el medio que tal vez no diga alguna cosa por no lastimar a uno de sus amigos chefs, pero por eso se complementa con Sempere, que no tiene piedad si la comida en un restaurante no le gusta.

“Tienes un balance, pero siempre hay un sustento detrás del contenido, hay conocimiento, y tan válida es la opinión de una persona como de otra”, asegura.

Otra clave de éxito como negocio para un podcast es integrar las menciones comerciales o de productos al formato del podcast, es decir, de una manera mucho más orgánica y respetando el estilo del podcastero.

Para ello también se ha tenido que transformar la industria de la publicidad y la mercadotecnia; los clientes han tenido que evolucionar en lo que esperan, por lo que pagan para llegar a las audiencias, y abrirse a nuevas formas de compartir contenidos para dar a conocer productos.

También hay spots, pero ahora las marcas no tienen un spot que distribuyen a todos los espacios, sino que los podcasteros brindan el servicio de crear esos spots que tengan el mismo estilo e irreverencia que caracteriza al podcast.

“Ahora tenemos a una taquería a la que le hicimos un spot con el mismo estilo del podcast, divertido e irreverente, pero que te da lo esencial: dónde está el lugar y qué vende, pero la forma de decirlo tiene humor, ligereza, informalidad, una historia, se siente orgánico, es hacerlo sin pretensiones”, explica Toño.

Hoy en día las personas pueden sentarse a tomar un café mientras un hombre les habla al oído con irreverencia, mientras corren o van hacia la escuela o el trabajo. Pueden escuchar las finísimas locuras de Toño Sempere, el podcastero que es mucho más que una voz bonita y que asegura: “ser podcastero es lo de hoy”; trabajar el marketing, a la manera de un influencer y que las empresas le busquen para tener impacto también a través suyo.

La paga es parecida a la de un youtuber, el dinero recibido depende de la marca mencionada. Algunos podcasteros tienen un modelo de cobranza que depende del número de reproducciones, otros están insertando anuncios de 15 a 30 segundos en sus audios. Pueden cobrar desde varios miles de dólares al mes hasta los 45 mil dólares. Un ejemplo: en febrero Volvo accedió a pagar al weblog de podcast Autoblog 60 mil dólares por un patrocinio de seis meses. En ese periodo, el show de Autoblog ha sido descargado 150 mil veces. Se trata de saber vender “tu voz” y popularidad en el mundo de la radio on demand.

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