Nuestro preciso, don Quique, se lució como nunca y salió al paso de las críticas hechas por los empresarios para promulgar el Sistema Nacional Anticorrupción, integrado por un comité presidido por un ciudadano, y que castigará hasta con 14 añotes a los beneficiarios de los famosos moches.

Pero los grillos saltaron y se hicieron escuchar, pues no todo fue miel sobre hojuelas: senadores perredistas aseguraron que el Presidente estaba montando un teatro con fines electorales y pidieron

que las declaraciones patrimoniales, fiscales y de intereses de funcionarios sean públicas en su totalidad.

Pero para poner el ejemplo, Enrique Peña Nieto pidió perdón a los mexicanos por aquel jacalito blanco que descubrieron en un humilde barriecillo de chilangolandía aunque, sostuvo, no violó

la ley. La percepción de los malosos que deambulan en las redes sociales es que el Gobierno federal debió hacer una indagación a fondo sobre el caso, pero bueno, como dicen las quinceañeras: más vale pedir perdón...

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