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Los Mochis, Sin.— El sacerdote Antonio Díaz Fonseca, conocido por su mirada social y crítica de los problemas de Sinaloa, advirtió que el narcotráfico no podría tener tanta fuerza si no contara con el apoyo de los políticos que llegan al poder gubernamental.

El párroco tiene 16 años trabajando en la ciudad de Los Mochis, municipio de Ahome, y en la actualidad oficia misa en la Iglesia del Sagrado Corazón de Jesús, en el centro de la ciudad. Es vicario episcopal en la zona norte de la diócesis de Culiacán.

“La gente que anda fuera de la ley es poca. Es gente tolerada, porque a final de cuentas tienen cómplices dentro del mismo gobierno. Mientras esto exista, nos van a estar afectando”, lamentó al término de la misa de mediodía del domingo.

—En Sinaloa hay toda una historia del narcotráfico con la política —se le recuerda.

—Eso está visto. Si no hubiera ninguna relación con la política esto no proliferaría porque ellos saben que están trabajando fuera de la ley y donde quiera andan corrompiendo a la gente para poder seguir trabajando. Andan soltando dinero por todos lados —reclama el clérigo.

La casa de seguridad donde fue encontrado Joaquín El Chapo Guzmán se halla a sólo un par de cuadras de la vivienda de la madre del gobernador de Sinaloa, Mario López Valdez, y a unas cuadras de la morada del secretario general de Gobierno y aspirante a gobernador, Gerardo Vargas Landeros.

Díaz Fonseca explicó que no puede señalar a ningún político en particular, pero la relación entre ambos actores es clara.

“Yo no puedo decir quiénes son los que están ahí en la política sirviendo a los narcos, pero de que sí existen, pues sí existen”, remarcó.

A pesar de la detención de El Chapo, la ciudad de Los Mochis sigue siendo un lugar de trabajo, afirmó.

Que lo hayan agarrado en esta zona cañera es circunstancial, pues antes lo buscaron por Tamazula, Durango, y por Cosalá, Sinaloa. Así como lo detuvieron en esta ciudad, expuso, lo hubieran podido capturar en cualquier otra, como Toluca o Cuernavaca.

“Los Mochis es una ciudad donde la gente trabaja, lucha y se esmera por hacer de ésta una ciudad más próspera. Lamentablemente en nuestro país ha proliferado el narcotráfico. Nos hemos llevado nosotros los créditos, los de Sinaloa, incluyendo ahora a Los Mochis, que somos tierra de narcotraficantes pero en realidad esto ha proliferado en todo el país”.

El religioso se opuso a que se estigmatice a Los Mochis o a Culiacán o a cualquier ciudad del país ya que, en la mayoría, la gente se dedica a trabajar por la vía legal.

Además, el estado de Sinaloa es un lugar muy golpeado por la violencia, por los asesinatos y las desapariciones. “Realmente es una sociedad muy golpeada, está golpeada. En nada nos beneficia a nosotros que exista el narcotráfico aquí, como en ninguna parte. Yo a nadie se lo deseo. Se cansa uno de estar oyendo constantemente quién ha sido desaparecido, levantado”, comenta el sacerdote.

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